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Publicado: Jue, Nov 20th, 2014

Fallece ‘Caganchito’, jefe de personal de la plaza de toros

Toros Aranjuez (2)Francisco Ruiz Díaz, «Caganchito» en todo el ámbito taurino de Aranjuez, falleció el pasado día 16 en el Real Sitio a los 71 años después de varias temporadas lidiando con su enfermedad.

 
Frágil como las hojas que el viento otoñal bambolea en los paseos y jardines de su querido Aranjuez, «Caganchito» se ha marchado no con los alborotos de la puerta grande sino como él fue, en silencio, con una sonrisa y sin ánimo de molestar a nadie.
47 años ha estado de servicio -nunca mejor utilizado el término- en el más que bicentenario coso de la calle Almíbar y desde 1989 ha sido el coordinador del personal de la plaza.
Paco heredó afición taurina, mote y oficio de su padre, «Cagancho», empleado en la plaza de Aranjuez durante casi 50 años y que lució el apelativo de aquel gitano genial -dentro y fuera de los ruedos-, el inimitable Joaquín Rodríguez, y de su abuelo, mozo en el patio de caballos en aquellas épocas heróicas de jacos sin peto.
Desde chico, por las venas de Paco corría el polvo del albero y su respiración -ya fatigosa en los últimos tiempos- crujía como la vieja madera del coso.
Con el autor de estas líneas en 2008.
Armado con un puñado de llaves vetustas y oxidadas que en su liviandad le anclaban a la piedra añeja de la grada, su presencia casi pasaba inadvertida sino fuera por esa cordialidad que se asomaba en cada encuentro, en cada saludo, en cada una de la veces que como una pluma flotante atravesaba el callejón. Sin ruido. Sin incordiar a nadie. Etéreo en su afán de servicio a la plaza y a la Fiesta.
«Caganchito», muy querido por
el personal de la plaza.
Su abigarrado chiscón en el hueco de la escalera junto a la puerta grande queda huérfano. El espacio, atestado de carteles amarillentos, postales de toreros que fueron o quisieron ser y almanaques de años que volaron hace lustros, echará de menos su enjuta figura. Al igual que el chirriante cerrojo de la entrada a los corrales, pesada puerta que temíamos que no tuviera fuerzas para abrir.
Su sobrino Daniel estuvo al quite en la pasada Feria porque «Caganchito» no podía atender su puesto como él sabía y a él le gustaba. Su tío Paco, sonríe y se marcha más tranquilo. Cagancho III ya está en la plaza. DEP.
El tío Paco y el sobrino Dani en la plaza de Aranjuez.
La historia del coso y de la familia Ruiz sigue viva.

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