Héctor Anabitarte

9.5.1945: comienza una nueva era en la historia de los humanos. La Segunda Guerra Mundial arrasó medio mundo, particularmente Europa. Fue un conflicto global, en sólo seis años provocó la muerte de unas setenta millones de personas y millones de heridos y mutilados, en algunos países la destrucción fue total.

Los vencedores, Estados Unidos, la Unión Soviética, Reino Unido y Francia, se repartieron Alemania que había capitulado incondicionalmente, evitando que no sucediera lo que pasó en la Primera Guerra Mundial. Este conflicto tuvo muchas consecuencias: la desaparición de viejos imperios y de los imperios coloniales, dos bombas atómicas convirtiendo en cenizas dos ciudades japonesas y entonces el emperador nipón renunció a su divinidad que ostentaba, y simultáneamente comenzaba la que se llamó la Guerra Fría, aún hoy vigente; dos superpotencias se repartían el mundo sin ningún pudor.

Se fundó con cierta ilusión la ONU, la Organización de las Naciones Unidas, con el propósito entre otros de evitar que hubiera más guerras, pero cinco de sus miembros tienen derecho de veto y aún este derecho está vigente, lo que impide que sus decisiones tomadas en la Asamblea General, en las que participan casi 200 estados, sean respetadas.

Cinco estados entorpecen las posibilidades de la ONU: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia. Estos cinco países no tienen actualmente la importancia que tenían en 1945, hay otros que la tienen. La Guerra de Corea y tantas otras, y las dos actuales, en Gaza y en Ucrania, pintan unas perspectivas sombrías, y otra vez, después de décadas pacíficas gracias fundamentalmente a la Unión Europea, guerra en Europa y en una Europa dependiente entre Estados Unidos y Rusia. Hay que recordar que los europeos lograron sobrevivir a la Peste Negra del 1300 y eso que fue una crisis devastadora.