Nuevo curso político, viejos asuntos pendientes
Coincidiendo con las Fiestas del Motín y el regreso a las aulas se inicia, también, el nuevo curso político de quienes tienen en sus manos el destino de la ciudad.
Será un curso político para el nuevo Equipo de Gobierno formado por la mayoría que ha resultado en las últimas elecciones municipales, con un camino llano alejado de la presión de los grupos de la oposición, relegada a un papel secundario y casi de “pura observación”.
Tras el periodo estival volvemos a la normalidad con una agenda repleta de asuntos pendientes que vienen coleando demasiado tiempo para el futuro de Aranjuez. Es vergonzoso que una ciudad como Aranjuez, cuyo principal recurso económico viene de la mano del turismo, continúe ofreciendo una lamentable imagen a quienes nos visitan, pero, también, a quienes vivimos aquí.
El aspecto ruinoso de buena parte del casco antiguo con numerosos edificios en estado aparentemente de abandono demanda la urgente revisión del PGOU (Plan General de Urbanismo) de 1996 que se viene reclamando desde sectores comerciales y políticos.
Tenemos pendiente solucionar de una vez por todas la apertura de los aparcamientos subterráneos con los que cuenta la ciudad. Abrirlos o darles un uso que evite su paulatino deterioro. ¿Cómo es posible que aún, después de 10 años, se pueda ver el cartel que indica que está “abierto” en el acceso al aparcamiento de la calle del Rey? ¿A nadie se le ha ocurrido, al menos, taparla para evitar confusiones? Igual se ha llenado de agua y tenemos un aljibe para el futuro.
Es sangrante y, lo peor de todo, sabido el estado de abandono de la “Casa de los Fogones y de la Brasa”, situada frente a la mismísima zona monumental de la Plaza de Parejas y el Palacio Real. Un edificio en el que se han invertido millones de euros en sus tres rehabilitaciones desde 1995 y despilfarrados en un sinfín de los supuestos usos al que las distintas administraciones prometían da: residencia de estudiantes, usos culturales o viviendas de uso social y hasta la venta del edificio, entre otros.
Otro asunto que se pone de manifiesto cada vez que llueve con cierta intensidad, como ha sido el caso de estos días, es el de la obsoleta y poco mantenida red de saneamiento (colectores e imbornales) que resultan insuficientes para evacuar el agua de lluvia que da como resultado el reventón de tapas de alcantarillas, la inundación de zonas como la Mariblanca o la calle de la Reina y la anegación de distintos negocios de la ciudad.
Y, por no seguir con la larga lista de asuntos pendientes, ahí están los asuntos del desarrollo de Puente Largo, el Plan de Movilidad Urbana Sostenible y la entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones.
Muchos asuntos pendientes con los que arrancar la agenda otoñal y sin que tengamos a la vista una primavera con estos temas medianamente encauzados. Al tiempo.