[ HÉCTOR ANABITARTE ]

La humanidad está sentada sobre un volcán, y lo sabe. Hace algunas décadas muy pocas personas denunciaban que se estaba produciendo un cambio climático, ser ecologista era algo exótico, ahora está mal visto negarlo, pocos se animan a negarlo. Se calcula que esta crisis está provocando la muerte de unas siete millones de personas todos los años. Incendios forestales incontrolables, propagación de enfermedades infecciosas, subida del nivel del mar, millones de personas se ven obligadas a desplazarse en su propio país o en otros, y más hambre. El 31 de octubre hasta 12 de noviembre en la ciudad de Glasgow, Reino Unido, está convocada por las Naciones Unidas la Conferencia Sobre el Cambio Climático, participan 197 estados y se estima que unos cien mil activistas estarán presente, que temen que se produzcan declaraciones y compromisos que, como en las conferencias anteriores, no se lleven a la práctica, y el tiempo en este caso no es oro, es vida. En septiembre partió una columna de activistas desde Aragón, caminando durante dos meses con el propósito de llegar a Glasgow, una de las iniciativas para presionar a las delegaciones oficiales. Durante dos siglos la Revolución Industrial provocó esta catástrofe, unos pocos países y ahora que inclusive decrecer será necesario y los que necesitan su revolución industrial, «dicen ahora nos toca a nosotros», la lista es muy preocupante: China, India, Rusia… y Bolsonaro presidente de Brasil manifestó que su país aumentará la contaminación y en este país está lo que se llama el pulmón del planeta. Bolsonaro no solo no se vacuna. Antonio Guterres, secretario general de la ONU manifestó que «los puntos irreversibles de inflexión climática están alarmantemente cerca». Se habla de un Capitalismo Verde pero suprimir el carbono de modelo económico es la negación del capitalismo independientemente del color. dad siempre tuvo que enfrentarse a desafíos y este puede ser el último…