El pasado sábado, dentro del II Ciclo de conferencia de la asociación Casa Negra, la periodista local Mercedes Santos ofreció un recorrido por el pasado, presente y futuro del campo ribereño que se encuentra a caballo entre el abandono y la reactivación por parte de algunos jóvenes que toman el relevo en la faena del campo. La periodista hizo un recorrido por las huertas, incluida la finca de Sotomayor que fue el “buque insignia” del proyecto agrícola municipal en los años 80 del siglo pasado y hoy plena decadencia. Rebollo, Pico tajo, Legamarejo, Cortijo, las Tejeras sufren las mismas carencias y la pandemia de continuos robos en sus fincas. Para Mercedes Santos la revitalización del campo en Aranjuez pasa por buscar la recuperación de cultivos tradicionales, la replantación de frutales, denominación de IGP (Indicación Geográfica Protegida) para algunos productos estrella y la puesta en marcha de canales de comercialización. “Hay –dijo- una creciente aceptación de los productos locales por parte de vecinos de Aranjuez y cada día más personas que se acercan a la huerta y a los portalones de los agricultores desde otras poblaciones, incluso desde Madrid”. Defendió a los hosteleros que defienden los productos y el mercado de cercanía y la necesidad de recuperar las casas de campo ( en estado ruinoso) diseminadas por toda los sotos como valor añadido para activar un turismo rural que ya se ha experimentado en otras comunidades autónomas con éxito. Se echó de menos la presencia de los responsables de agricultura del ayuntamiento de Aranjuez y de los distintos partidos del arco político que componen la corporación. Como muestra de la desidia que impera para con el campo sólo basta transitar por la calle de la Princesa, en pleno centro neurálgico de la huerta “histórica”, en una situación vergonzosa, peligrosa e impresentable. La conferencia tuvo lugar en el reducido salón de la CSO “La Korola” en la Calle Ancha. Nota: en nuestra última información al respecto comentamos erróneamente que la Karola “era la sede oficial de la asociación Casa Negra”. Nada más lejos de la realidad.