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Publicado: Vie, Oct 26th, 2018

Los techos de San Isidro se reparan… aunque se miran de reojo

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La Delegación de Deportes terminó el martes de reparar por completo los falsos techos de los gimnasios del colegio público San Isidro. Un informe técnico aleja el peligro por contaminación por amianto pero los usuarios piden más medidas preventivas

[ José Á. Rodríguez. MÁS ] La Delegación de Deportes dio por concluidos en la tarde del martes los trabajos de reparación integral de los falsos techos de los gimnasios del colegio San Isidro, clausurados la pasada semana por el desprendimiento de varias de sus piezas de yeso laminado (Pladur). La obra ha tenido un coste aproximado de 2.000 euros y ha consistido en la sustitución de las planchas de la cubierta interior, unas 70 de un tamaño de 1,50 x 0,50 metros. Tras este trabajo se ha previsto en una siguiente actuación la colocación de dos redes horizontales en altura para evitar que si una placa vuelve a caer no impacte contra el suelo. “Los trabajos se han hecho en tiempo récord” -explica el delegado de Deportes en funciones, José María Cermeño”- dado que hemos resuelto el problema en tres días desde la contratación de la empresa especializada hasta la finalización de la obra. Creo que podemos estar satisfechos por la pronta respuesta a la sustitución de un techo que llevaba en mal estado mucho tiempo”. El problema en las cubiertas de ambos recintos escolares arranca al menos documentalmente desde hace siete años, cuando la falta de mantenimiento ha permitido el desplome cada vez más asiduo de planchas, con el consiguiente peligro sobre los usuarios de estos espacios deportivos. Incluso uno de los últimos sustos tuvo lugar el pasado día 27 de septiembre cuando un maestro estuvo a punto de ser alcanzando por una de las placas de yeso que se vino abajo. Tan es así, que la dirección del colegio público San Isidro decidió la pasada semana suspender la actividad en ellos hasta su inmediata rehabilitación. El centro educativo avisó a los padres de que las actividades se realizarían en otros espacios y que se reanudarían en los gimnasios una vez que se reparasen. La propuesta de la Dirección tuvo el acuerdo del Consejo Escolar y de la Asociación de Padres de Alumnos. Entonces se enviaron sendas cartas de protesta explicando la situación al Ayuntamiento de Aranjuez y a la Dirección del Area Territorial Madrid-Sur de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. “Es una obra que hemos reclamado ya en otras ocasiones por considerarla necesaria, pero que hasta la fecha no ha sido acometida”, exponía la APPAA. También el sindicato CCOO se dirigió al director del Area, Manuel Bautista Monjón, para indicarle que ya el pasado día 10 de octubre su Secretaria de Salud Laboral de la Federación de Enseñanza de Madrid, una técnica superior en Prevención de Riesgos Laborales y la delegada de este ramo comprobaron de primera mano el estado de ambos recintos, que no eran precisamente boyantes. Así pues, con los gimnasios cerrados, se personaron en el centro los delegados de Deportes y Educación, Cermeño y Lucía Megía, y Juan Frasés, Jefe de los Servicios Técnicos municipales, optándose por la contratación inmediata de una empresa que reparara los desperfectos acumulados durante más de un lustro. “Nada extraño dada la ausencia desde siempre de partidas municipales reales de mantenimiento en instalaciones educativas y deportivas”, señalan profesionales de ambas Delegaciones.

Amianto e informes

La caída de las placas del falso techo ha ido dejando al descubierto con los años cada vez más superficie de la cubierta original de los gimnasios, compuesta de fibrocemento (uralita), un material en el ojo del huracán por sus probados impactos negativos en la salud de quienes han estado en mucho contacto con él debido a sus componentes de amianto. La degradación de este grupo de minerales fibrosos fue declarada producto cancerígeno por el Parlamento Europeo en 1978 y en España tiene prohibido totalmente su fabricación, comercialización e instalación desde 2002. El colegio San Isidro se construyó en 1974. Una resolución del Parlamento Europeo de 2013 estima que los materiales de amianto tienen una vida útil de entre 30 y 50 años antes de empezar a degradarse, aunque el Centro Nacional de Nuevas Tecnologías reduce su vida útil a entre 30 y 35 años. Si el amianto está aislado del aire que respiramos –en el gimnasio está separado por el falso techo- su retirada no es de máxima urgencia, pero sí lo es si está en contacto con el ambiente, como es el caso de una cubierta o tejado. La Plataforma por la Escuela Pública de Aranjuez manifiesta que “las placas del aislamiento interno han ido deteriorándose y cayendo al interior de los gimnasios con lo cual, además del riesgo de impacto, han dejado que el amianto, no sabemos si degradado o no, tenga contacto directo con el aire que respiran sus usuarios. Por lo tanto, la vida útil de las cubiertas está más que superada y se hace urgente una actuación sobre las mismas”. El delegado de Deportes, José María Cermeño, expresa que “en estos días ha venido hasta el lugar un técnico de la Dirección General de Infraestructuras de la Comunidad de Madrid y después de revisar las cubiertas de fibrocemento ha asegurado que en una primera estimación la situación no reviste ningún peligro para la salud pública ya que el material no está deteriorado”. “De cualquier modo, me consta que la Delegación de Educación está ya gestionando a través de la propia Comunidad de Madrid la sustitución de las cubiertas no sólo de los gimnasios sino de todo el colegio San Isidro ya que el Ayuntamiento se ha adscrito al Plan de Retirada de Amianto de la Comunidad de Madrid”, concluye Cermeño. Pero para la Plataforma no es suficiente. En mayo de este mismo año el Pleno de la Corporación aprobó la propuesta de Acipa para realizar un inventario de edificios públicos con uralita, priorizando las instalaciones deportivas, sanitarias y educativas, para posteriormente proceder a su retirada a cargo de empresas especializadas. “Parece que éste no se ha llegado a realizar y por lo tanto no conocemos el estado de nuestras instalaciones aunque se calcula que hasta el 80% de los centros educativos pueden contener este elemento, sobre todo los construidos entre los años 70 y 80 como es el caso de varios centros de nuestro municipio”, asevera. Tampoco la Comunidad de Madrid ha elaborado un inventario similar después de aprobarse en julio una Proposición No de Ley presentada por Podemos. La Plataforma por la Escuela Pública de Aranjuez pide informes de mediciones profesionales y actuaciones acorde a esos criterios técnicos así como que el Ayuntamiento traslade sus conclusiones a la Comunidad de Madrid –titular de los centros educativos- para que ésta habilite las partidas económicas necesarias y un calendario de eliminación.

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Sobre el Autor

- Diseñador gráfico del Semanario MÁS.

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