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Publicado: Vie, Jul 27th, 2018

A cien años del nacimiento de Mandela

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[ Héctor Anabitarte ] Luchador infatigable contra el apartheid, Nelson Mandela nació hace un siglo -18 de julio de 1918-. Su lucha le significó estar en la cárcel 27 años, de la que fue liberado gracias a una campaña internacional que lo transformó en símbolo antiapartheid. Su cometido una vez que recobró la libertad que negros y blancos aprendieran a convivir en Sudáfrica -y no sólo allí. Con muchas dificultades lo logró. Pero hoy, a pesar de su esfuerzo -y el de tantos otros como Gandhi y Luther King- un fantasma recorre el mundo: el fantasma del racismo. La pasada semana, el Gobierno israelí ha decidido crear ciudades con «miembros de una sola religión o de una nacionalidad para mantener un asentamiento comunal separado». Es decir, dos millones de personas israelíes- palestinos, se convierten en ciudadanos de segunda, aún más de lo que ya lo son. El fiscal general del país, Avihai Mandelblit, manifestó su rechazo a este nuevo apartheid, y hay que tener en cuenta que a este Estado, legítimo, se le considera democrático. Hungría, Polonia, que sufrieron la ocupación soviética durante décadas, hoy rechazan a los refugiados, a los inmigrantes, y uno de sus argumentos es que pretenden ser países blancos y cristianos -Jesús nació en Palestina y era judío, en fin-. Italia, Malta, Baviera, cierran sus puertas y ventanas: ingenuos, las guerras, el hambre, la violación de los derechos más elementales, ponen alas en los píes y no hay concertinas que puedan evitar el vuelo. En Argelia, como en el sur norteamericano no hace mucho tiempo, los negros en los autobuses  son obligados a viajar en la parte de atrás sin que, por ahora, haya aparecido una Rosa Parks. Y hablando de Estados Unidos, Trump evidencia un odio profundo a los mexicanos, y secuestra a sus niñas y niños, y de otros países de la región. Refugiados que han estado unos días en Aranjuez cuentan cómo fueron discriminados en países árabes por ser negros… y pobres. El racismo generalmente es clasista. Marbella recibía con entusiamo al rey Fadh de Arabia Saudí, que llegaba acompañado por un séquito de mil personas que visitaban ansiosas las joyerías, reservaban plantas enteras de hoteles, contrataban un ejército de sirvientes nativos. Daba igual entonces de que los millonarios visitantes fueran musulmanes viajando con sus harenes. El rey Juan Carlos, hoy emérito, visitaba al monarca absoluto, al despota, un detalle un tanto excepcional.  En el mundo del deporte el dinero árabe es muy bien recibido y en ese ámbito cuando los negros hacen goles desde las gradas no les gritan negros de mierda. El caso de Francia, es muy elocuente, cuando perdían los hacían responsables del fracaso e incluso les arrojaban plátanos; pero cuando la selección  -mayoritariamente negra, formada por negros franceses hijos de sus colonias- ganó el mundial, se olvidaron del color de la piel y de las religiones que cada jugador profesa.

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Sobre el Autor

- Sindicalista, periodista, escritor y activista social. Vive en Aranjuez desde 2001. Es autor de varios libros y ensayos. Como periodista ha desarrollado su labor en Buenos Aires, Madrid, Barcelona, San Sebastián y Aranjuez. Participa activamente en la asociación de inmigrantes Hombro con Hombro.

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