La Asamblea Para la Defensa del Río Tajo de Aranjuez ha emitido esta semana un comunicado en el que se oponen al “negocio del agua de los regantes de La Poveda, en Fuentidueña de Tajo y de la zona regable de Estremera, en la Comunidad de Madrid”. Según afirma la plataforma ribereña, los agricultores madrileños de estas zonas regables “han negociado, un año más, con el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo Segura la venta del agua del Tajo”. Aunque asumen que este “negocio en el que se pagan millones de euros es legal” sentencian que no es “ni ético ni moral, denominádolo ‘cesión de derechos de uso del agua’”.
Los pantanos de Entrepeñas y Buendía se encuentran en estos momentos en una situación crítica,  a menos del 20% de su capacidad, “impidiendo con su agónico estado cualquier posibilidad de desarrollo turístico de sus pueblos ribereños.”
La Asamblea ribereña lamenta este estado ya que el cauce del río “desaparece” tanto en Aranjuez como en Talavera de la Reina, “invadido por la vegetación y el lodo; y en Toledo sobrevive gracias a los vertidos de Madrid, problemas que el río arrastra en todo su curso hasta su desembocadura en Lisboa”.
En el comunicado, los ribereños manifiestan que “indigna ver que en las vegas agrícolas de estas zonas regables, cuyos agricultores venden el agua en pleno mes de septiembre, la cosecha de cebollas ya está recogida y los cultivos de maíz con su ciclo finalizado, si ya han gastado el agua en sus cosechas de esta temporada, ¿con que agua están negociando?”. Los ribereños han denunciado la “falta mucha transparencia en este negocio del que los ribereños del Tajo nos enteramos por las noticias de la prensa de la Región de Murcia”. La información desde las altas instituciones escasea y desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente no se ha dado, hasta la fecha, ninguna información sobre la autorización de estas ventas.
Ante estos hechos, la plataforma de Aranjuez exigen que “desde el ministerio responsable de la planificación hidrológica no se autoricen las ventas de agua. Si a los agricultores les sobra agua, al Tajo y a sus ribereños nos falta, cualquier ahorro de agua debe contribuir a aumentar el caudal para recuperar el Tajo, respetando la prevalencia que impone la ley de las demandas ambientales sobre los usos económicos.