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Publicado: Vie, Jun 6th, 2014

El espectáculo continúa

El Teatro Real Carlos III reabrió sus puertas, tras 25 años de espera, el pasado jueves ante el entusiasmo de cientos de ribereños. Son muchas las generaciones de vecinos de Aranjuez que guardan en su memoria imágenes y sentimientos recogidos en este espacio que en su día aglutinó los sueños de muchos de ellos. Ahora serán las nuevas generaciones las que volverán a ocupar sus butacas para que el espectáculo continúe.

IMG_0358Si alguna vez han imaginado cómo sería vivir una representación teatral en la corte del siglo XVIII, ahora tendrán la oportunidad de hacerlo. El Teatro Real Carlos III de Aranjuez reabrió sus puertas el pasado jueves, poniendo en marcha este espacio para la cultura que ha sido rehabilitado manteniendo de manera fidedigna la estampa que ofreció allá por el 1769. Una verdadera joya de la arquitectura de la época y una explosión para los sentidos. Un espacio coqueto, íntimo, singular que retrotrae al espectador a tiempos en los que las cortesanas observaban desde sus palcos a los caballeros sentados en el patio de butacas que, ni cortos ni perezosos, correspondían a las damas dejándose llevar por sus coqueteos.

No se puede pasar por alto el juego de luces -que simulan velas- los detalles de los frisos, la lámpara de araña, el escenario, sus butacas…Todo se combina en una perfecta sintonía-siguiendo el estilo de los teatros italianos del SXVIII- en uno de los edificios históricos más importantes de la arquitectura española de aquella época.

Según relata Anselmo Alonso Soriano en su obra Los teatros y coliseos de los Reales Sitios de Aranjuez…, en tiempos de Felipe IV  ya existía un teatro dentro de Palacio construido por Santiago Bonavía justo en una estancia paralela a la capilla de Felipe II. Cuando Carlos II llegó al trono ordenó al arquitecto Francisco Sabatini la ampliación del Palacio en dos alas. Esta obra supuso la destrucción de la capilla antigua y de su sala paralela, el teatro, que el arquitecto siciliano colocó en una posición adelantada. La nueva sala de espectáculos estaba terminada en 1773.

El teatro nunca se utilizó, pues quedó inconcluso, y Carlos III mandó edificar el Coliseo de Aranjuez, fuera de palacio para el disfrute de su Corte y de los príncipes e infantes, pero alejado de su residencia en una muestra de su poco interés personal por el arte escénico.

IMG_0360En 1767, viendo la gran aceptación que el teatro fue adquiriendo en Aranjuez, encargó a Jaime Marquet la construcción.

Tal y como recoge el libro editado por Doce Calles,  Gran Teatro de Aranjuez. Imágenes para el recuerdo de Vicente Duarte Salgado, durante la estancia de los Reyes en Aranjuez, en el Teatro se representaban toda clase de obras líricas y dramáticas, especialmente óperas, con los mejores cantantes del Real.

En época de Isabel II, fueron el matrimonio de explotadores doña Paca y don Paco, los encargados de gestionar el espacio por un pequeño estipendio de pura fórmula por la protección de esta reina.

La calefacción del Teatro en esta época consistía en los braseros que el público llevaba a los palcos, con lo que en las noches crudas de invierno el público no podía dejar de castañear sus dientes, mientras padecían una temperatura siberiana, aguantando a malos cómicos que actuaban con una decoración que el público ya se conocía de memoria, pero la empresa no podía dar más de sí como no fuera por ferias y San Fernando y su “lleno seguro”.

Ya entrado el siglo XX, los principales bailes se daban en el Teatro, en este se quitaban las butacas, poniendo un tablado que dejaban al mismo nivel la entrada a la sala con el escenario. La música estaba en el anfiteatro, que era el centro del principal con palcos a los lados y el piso superior ocupaba toda la entrada general o el gallinero. En el centro del salón dirigía el baile Felipe, el del guardarropa, cuya labor era la de “bastonero” que, con su bastón, daba unos fuertes golpes en el suelo para que la música rompiera con un pasodoble con el que siempre se comenzaban los bailes.

IMG_0404En el año 1906 muere doña Paca y la empresa pasó a manos de las hermanas “Las carboneras”, que hicieron desfilar por el teatro a personalidades tan importantes como Pastora Imperio y celebridades del baile y del cuplé.

En el año 1931 se remodeló el Teatro y en 1934 llegó un nuevo arrendatario, Luis Infiesta Rojas, un joven empresario procedente del mundo del espectáculo que durante treinta y cinco años, sólo interrumpidos por la Guerra Civil, transformó una sala arcaica en un nuevo espacio con aires de modernidad.

En etapas sucesivas se pasó del cine mudo al sonoro, del blanco y negro al color y, tras 13 años de arrendamiento, la familia Infiesta  decide realizar una gran obra con la que se llegó a un aforo total de 1.037 localidades.

Llamativas representaciones se realizaron, en el ya denominado Gran Teatro, en los años 40. El estreno en España en revista de mitos musicales americanos como Fred Astaire  y Carmen Miranda. Ya en los 50, el Teatro vivió  el estreno mundial de la zarzuela El canastillo de fresas, original de Jacinto Guerrero, que desde aquel día y por deseo expreso de Luis Infiesta pasó a denominarse Gran Teatro Maestro Guerrero.

Hasta la llegada de la televisión el Gran Teatro Maestro Guerrero supuso el único espacio cultural de la época y nombres tan relevantes como Lola Flores, Carmen Sevilla, Alberto Closas o Arturo Fernández pisaron sus tablas.

Ya en la etapa de los Ayuntamientos democráticos, fue la viuda de Joaquín Infiesta, Joaquina de Benito, la encargada de regentar este espacio que durante esos años acogió el homenaje a la Reina Sofía con el Concierto de Aranjuez interpretado por Narciso Yepes.

En 1987, el Teatro Real fue transferido a la Administración del Estado, que en 1990 lo cedió al Ayuntamiento de Aranjuez. Tres años más tarde comenzó el largo proceso de rehabilitación del Teatro que 26 años después de su cierre subió el telón el pasado jueves con la actuación de Rafael Álvarez ‘El Brujo’.

El proyecto de rehabilitación se inició oficialmente en 1993 cuando se firmó un convenio de colaboración entre la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Obras Públicas para la financiación y ejecución de las obras. En total, 568.405.897 de pesetas (3.416.1889, 24 euros). Las obras, sin embargo, se interrumpieron en 1996. No fue hasta 2008 cuando el Ministerio de Vivienda retomó el proyecto de rehabilitación, que se adjudicó por un importe de más de 5,7 millones de euros.

Tal y como desarrolló la archivera municipal, Magdalena Merlos, en la reapertura del Teatro, este edificio supuso el reflejo de una corte cosmopolita y moderna en el que confluyeron las últimas novedades musicales y escénicas. En este sentido, se ha tratado de un lugar en el que siempre han convivido la naturaleza y el arte, combinando la actividad representativa y cortesana con el ocio y el goce de los espacios rurales. De ahí las palabras de Iriarte inscritas en la puerta: “las delicias campestres aumentan los placeres urbanos”.

El Teatro Real Carlos III forma parte de la historia de la cultura y del teatro españoles y cuenta con un valor universal y excepcional, como un muy destacado elemento de Aranjuez, reconocido como Patrimonio de la Humanidad desde 2001.

DEL GRAN TEATRO AL REAL COLISEO CARLOS III DE ARNJUEZ por Joaquín Infiesta

IMG_0407Allá por los inicios de los años treinta del pasado siglo, mi padre, Luis Infiesta Rojas, se asentó en Aranjuez “provisionalmente” para hacerse cargo del Gran teatro, el antiguo y vetusto coliseo que Carlos III implantó en nuestra villa en el siglo XVIII.

Por aquel entonces las películas eran en blanco y negro y careciendo de sonido se amenizaban los film con las notas de una pianola que procuraban coordinar con la imagen.

Las representaciones teatrales brillaban por su ausencia. Desde esta fecha inicial hasta 1989, año en el que el Gran Teatro cerró sus puertas, se pasó del mudo al sonoro, al color, al cinemascope, al espectacular dolby estéreo y a las más prestigiosas y entrañables representaciones teatrales de la época. La evolución del Gran Teatro y de Aranjuez fueron a la par. Varias generaciones encontramos en el vetusto edificio, que se remodelaba y modernizaba paulatinamente, nuestra fuente de conocimientos, de reunión, de vivencias y emociones. En un Aranjuez tristón y atrasado, descubrimos con la magia del cine Nueva York y París, Londres y Tokio, aventuras, dramas, comedias y las bellas melodías de sus musicales. Sin otros eventos para acudir, el cine era un punto de encuentro, un cálido local donde los enamorados podían experimentar el beso, algo inasequible en la calle por culpa de la moral de la época. Las representaciones teatrales representaban un verdadero acontecimiento. Carentes la sociedad de televisión y demás artilugios que hoy imperan y sin que la gran mayoría de las buenas gentes tuvieran la oportunidad de viajar y asistir a espectáculos en la capital, la llegada física de artistas y primeras figuras de la escena desbordaba la curiosidad, la expectación y el interés de todos. En el Gran Teatro debutaron y se hicieron artistas las que luego fueron figuras de la escena durante décadas. Antonio Molina, Zori, Santos y Codeso, Carmen Sevilla, Juanita Reina y Rafael Farina entre otros, las revistas con las celebradas chicas de Colsada, sin olvidar a actores y actrices de la escena como Alberto Closas, Julia Gutiérrez Cava, Concha Velasco, José Luis López Vázquez, Tony Leblanc y un innumerable elenco imposible de relatar aquí. Junto a zarzuelas y conciertos, actos culturales y eventos infantiles y significativos y entrañables acontecimientos como el gran festival solidario con Valencia por las terribles inundaciones en los años 50, El homenaje al Maestro Guerrero con la representación de “El canastillo de fresas, el homenaje al Maestro Rodrigo, el Gran Teatro fue haciendo su camino, junto a su pueblo, creando una atmosfera entrañable que ha dejado huella profunda en la historia de Aranjuez.

En 1989 muere la actividad en el Gran Teatro. Después de 25 años con las puertas cerradas, para bochorno y vergüenza de muchos políticos locales y nacionales que han privado al pueblo de Aranjuez y sobre todo a sus jóvenes de vivencias culturales de primera necesidad, nace el Real Coliseo Carlos III. Es una criatura nueva que nada tiene que ver con la esencia del Gran Teatro. Es una criatura nueva y hermosa, llena de posibilidades e ilusiones,  un privilegio y un lujo para el pueblo de Aranjuez. Labor de todos es cuidar al recién nacido, alentarle y protegerle para que alcance la madurez y logre, como el Gran Teatro, ese apego, simpatía y cariño con las buenas gentes de Aranjuez. Lo deseo de todo corazón. Parece ser que el funcionamiento y la programación del coliseo se le ha confiado a una empresa experta y con buenos profesionales. Debe contar con el apoyo de todos para que acierten en su gestión y para que persistan y no decaigan si vinieran tiempos difíciles. Su misión no es sólo programar bien, sino llegar al alma de un pueblo que necesita cultura de la buena para seguir respirando.

Leo con amargura como nuestros ediles municipales – lejos de hacer piña en torno al Real Coliseo Carlos III, a la empresa encargada de gestionarlo y prestigiarlo y a la sensibilidad y necesidad de los ciudadanos – discrepan, se pelean, se tiran los trastos a la cabeza con el pretexto de atribuirse el mérito de la construcción y la apertura de este templo de la cultura que ya es nuestro y al que nadie tiene derecho a obstaculizar y vilipendiar. ¡Y esto después de 25 años cerrado!

Parafraseando un momento brillante de un Rey que se nos va en pocos días, digo a estos ediles que sólo piensan en atribuirse méritos y desprestigiar al contrario, siendo incapaces de trabajar juntos y consensuar cualquier cosa, por nimia que sea, a ellos les digo, alto, claro y fuerte: ¡¡ POR QUÉ NO OS CALLAIS ¡!

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Mostrando 1 Comentario
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  1. Querido Joaquín Infiesta :
    ¡¡¡ Enhorabuena por tu artículo…defendiendo la Cultura de Aranjuez…y ese bonito Patrimonio, del Gran Teatro de Aranjuez !!!.
    Yo soy nieta de Dª Rosa Infiesta Rojas, y tu padre era Tio-Abuelo mío. Recuerdo muy bien, de niña y adolescente, mi paso por Aranjuez, siempre que nos dirigíamos a Andalucía….y mi padre » Pepito Lorenzo Infiesta «, quería visitar a sus tíos Luis y Joaquina…ambos muy cariñosos.
    Años más tarde, mi marido y yo, también os visitamos alguna vez…Me encantaría Joaquín, ponerme en contacto con vosotros de nuevo…
    Un muy cariñoso abrazo para toda la familia INFIESTA.
    Adelina Lorenzo Segovia Infiesta.
    Tfo.0034 696 92 36 37

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