Jorge Martínez Reverte, autor de ‘Guerreros y Traidores’: «Bill Aalto nació para ser biografiado»

Le descubrí por casualidad, en su faceta de héroe de la izquierda. Un informe de la Subsecretaría de Propaganda de la República daba cuenta de la hazaña llevada a cabo por Aalto y treinta guerrilleros más en la cercanía de Motril, cuando liberaron a base de audacia y valor a trescientos prisioneros asturianos del frente del Norte. Indagué algo más, aunque sin objetivo preciso, y descubrí dos datos que me obligaron a seguir en ello. Uno, el que hubiera intentado matar a su amante, el poeta James Schuyller en la casa del gran W.H. Auden en Italia. Y, después el que fuera denunciado por sus amigos y camaradas comunistas por su condición homosexual. Le acabaron echando del PC, que le dio la oportunidad de «dejar» la homosexualidad y seguir siendo comunista. Y le impidieron combatir a los nazis por esa misma razón. A partir de ahí se convirtió en un personaje trágico, entregado al alcohol y la desesperación. Pero hubo, aún, otro dato que agrandó su figura para mí: se negó a colaborar con el FBI, que le ofreció garantías si denunciaba a sus camaradas. Esos camaradas le habían delatado, habían hundido su vida, pero él se negó a cometer una canallada semejante. Es una historia fascinante, la de un héroe trágico y homosexual que representa muchas cosas.
Hace relativamente poco tiempo Fidel Castro reconoció que la actitud de la Revolución cubana con los gays había sido «un error». Actualmente, la mayoría de la izquierda rechaza la homofobia como rechaza el racismo, la xenofobia, la discriminación de la mujer. Sin embargo, en el caso concreto de la homosexualidad, aún persiste la actitud de rechazo y la idea en la llamada izquierda revolucionaria, de que un gay es un ser débil, fácilmente «apretable» en un interrogatorio policial. Su Bill Aalto desmiente el tópico ¿Qué le diría si lo tuviera enfrente? ¿Qué le preguntaría?
Un poco tardío lo de Fidel Castro. Los homosexuales han sido perseguidos en Cuba hasta la extenuación. Raúl Castro, actual presidente, encabezó esa persecución en la Universidad. Palizas, escarnio público, cárcel… no se ahorraron nada. La tradición de los llamados revolucionarios que siempre han querido fabricar hombres nuevos ha sido vergonzosa en relación con los homosexuales. Tan vergonzosa en relación con los homosexuales. Tan vergonzosa como la derecha. Han hecho falta muchos héroes, casi todos ellos desconocidos, para cambiar eso. A Bill Aalto le preguntaría si pensaba que su empecinamiento valió la pena. Y yo creo que él respondería
que sí. Porque eso es lo que demuestra su biografía, que era un tipo valeroso y consciente de sus problemas.
Usted ha escrito ficción (novelas como las protagonizadas por Gálvez, su particular detective), ensayos históricos («Soldado de poca fortuna», «La batalla del Ebro», «La caida de cataluña»), grandes reportajes (en 2009, obtuvo el Premio Ortega y Gasset, por su reportaje «Una muerte digna» en el que narra la muerte de su madre)…Esta es su primera incursión en la Biografía. ¿Cómo fue la experiencia? y ¿Piensa repetir?
Si me topo con un personaje tan rico y contradictorio como Aalto, será imposible que venza la tentación. Bill Aalto nació para ser biografiado. En su carácter se reflejan muchas cosas de la Historia: la lucha sindical, la lucha contra el fascismo. la lucha contra los prejuicios sexuales, la del hombre frustrado por no realizar su vocación literario. Es de una riqueza extraordinaria. Además, este experimento me ha servido para aplicar, sin faltar al rigor, una escritura que intenta conseguir la complicidad con los lectores.