Los Derechos Humanos, en la cuerda floja
Héctor Anabitarte

Según el último Informe Anual de Amnistía Internacional el mundo está en un peligroso punto de inflexión. No es el primer año que lo advierte. En un documento firmado por Ana Gómez Pérez-Nievas, se alerta sobre la expansión del autoritarismo, la represión y el desprecio hacia los Derechos Humanos. El lanzamiento del Informe coincide con los primeros cien días del segundo mandato del presidente Donald Trump, un tiempo que le bastó para dejar claro que su proyecto se basa en desmantelar las estructuras internacionales que protegen a la humanidad. Su embestida contra los derechos universales, el multilateralismo y la justicia climática es evidente.
El Informe, que analiza la situación de los derechos humanos en 150 países durante 2024, documenta un patrón alarmante: persecución de la disidencia, restricción de la libertad de expresión y reunión, utilización de las leyes contra el terrorismo y el extremismo para justificar y explicar ilegalidades. La violencia armada no ha hecho más que crecer.
Con la mirada puesta en Gaza, donde AI ha denunciado un genocidio por parte de Israel y la ocupación de Cisjordania que se ha vuelto más violenta, el Informe no pierde de vista otros conflictos más olvidados, como el de Sudán, donde la guerra civil ha desplazado a más de 11 millones de personas, ni lo que está ocurriendo en Ucrania. Los conflictos se multiplican y las víctimas también. El Informe denuncia asimismo la inacción global ante dos amenazas que condicionarán el futuro de las generaciones venideras: el colapso climático y el dramático aumento de las desigualdades.
