De floridos pensiles urbanos

Con las últimas lluvias, los solares -vallados y sin cercar- se han convertido en feraces vergeles, que diría un cursi. Ahora son un núcleo de partículas del polen tan temido por los alérgicos y después, agostados ya, se convertirán en un peligroso pasto proclives al incendio. Sus propietarios y quienes deben hacer cumplir la ley han de estar más atentos a estas parcelas urbanas.
