Héctor Anabitarte

Europa está en guerra o, para ser más precisos, se prepara para la guerra. Hace unos pocos años o pocos meses algo así parecía imposible, improbable. Actualmente Trump y Putin hablan en ruedas de prensa de una posible tercera guerra mundial, que podría ser más catastrófica que la segunda guerra mundial que provocó unos sesenta millones de muertos y la destrucción de medio continente.
Trump estrena su mandato abandonando su apoyo a Ucrania diciendo que Putin no es tan malo como Biden lo pintaba, que la Unión Europea se creó para «joder» a los EEUU y que si quieren seguridad se rasquen el bolsillo los países que la conforman. Así están las cosas.
De un día para otro el «Orden Mundial» da un giro copernicano y Europa reacciona. La Unión Europea decide invertir 800.000 mil millones de euros en armamento y no sólo defensivo. Es evidente que los europeos no pueden contar con el apoyo de los estadounidenses como en las dos anteriores guerras mundiales; al menos mientras sea presidente Trump.
Estados Unidos renuncia a ser el gendarme del mundo. En realidad ya no lo era: Vietnam, Irak, Afganistán… Desde la Guerra de Corea, el Pentágono sufre una serie de sucesivas de derrotas. A esta lista ya se puede agregar Ucrania al pactar con Putin, dejando una parte de Europa bajo la influencia de Moscú, como si se volviera a 1945.
Es comprensible este cambio radical de política, de estrategia, para Estados Unidos el problema no es Moscú ni Europa: es China. El siglo veinte fue norteamericano, el actual será chino. Por otra parte USA nunca percibió con simpatía a la UE, la vive como una competencia y el Estado de Bienestar europeo les resulta un mal ejemplo. La decisión francesa de poner su armamento nuclear al servicio de la Unión puede que provoque en Putin una sonrisa… además Francia no renuncia a administrar este armamento, a tomar las decisiones que corresponda y es por eso un paraguas nuclear muy relativo.
Y hay que considerar que un país de la UE, Hungría, en caso de guerra, el envío de tropas por ejemplo, apoyará a los rusos. Es sorprendente que a tres años de invadir Ucrania, Putin sólo haya podido ocupar el 20 % del territorio. Ahora, gracias a su amigo – y antiguo socio- Trump, lo tiene más fácil.



















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