Lectura: Certamen literario ‘A la luz de Rusiñol’
Organizado por el Foro Cívico Aranjuez
- Carta a Rusiñol
2º Premio – María Cicuendez
Estimado Santiago,
Al pasear por los jardines de Aranjuez he vislumbrado tu silueta inconfundible y me ha inspirado para escribirte una carta. Sé que lo comprenderás, por tu propia afición al género epistolar y tu capacidad para capturar los momentos en tu arte y literatura.
Dicen los que te conocen que llegas a la vida de las personas para quedarte y doy fe de que así es. Aunque yo aún tengo que descubrir la vinculación que llegaré a tener contigo, de momento, me inspiras y promueves mi propia actividad literaria y viajera. Motivas y enfatizas mi curiosidad por descubrir la vida, con tintes bohemios, con destino a París, Sitges, Granada, Mallorca y Aranjuez. ¡De tu paleta salieron sus colores para contarnos cómo los veías tú!
¡Y es que me encantaría poder viajar en la historia para asomarme en tus viajes y en tus recuerdos! Me colaría en uno de tus sueños para participar en una tertulia imaginaria con Casas, Clarasó, Utrillo, Canudas, el Greco, Rubén Darío, Falla, Satie. Podría ser en un cabaret de Montmarte o en Els Quatre Gats para tirar de la lengua a Eugeni d´Ors y reírnos un rato.
¡Y ya que estamos!, te pediría una entrada para colarme en una obra de teatro tuya, pero que no fuera L’auca del senyor Esteve, mejor otra, para variar, ¡sorpréndeme!
Para agradecértelo podría posar para algún cuadro tuyo, preferiblemente en el marco del otoño, paseando por los Jardines de Aranjuez. El mismo lugar que contemplo ahora y desde donde te escribo sentada en un banco, mientras las hojas caen y el viento las mece. En susurros me pregunta por ti que hace tiempo que no te ve, le digo que te has ido de viaje…
Y es que los jardines echan de menos a su jardinero mayor. Me sumo a los que quieren recuperar tu memoria y tu recuerdo, tu legado, porque tiene mucho de inspirador. Aunque más de uno diga que “te pusiste el mundo por montera”, que eras un “juergas”, a esos les diría que para hacer eso ¡hay que tener mucho arte y tú lo tenías o lo tienes! porque eso de hablar en pasado, no me sale, ¡en Aranjuez estás muy presente!
Yo sé que, como hacías con la morfina, tú te paseas entre mundos y vas más allá del abismo. Pocos conocen de tus dolores, del cuerpo y del alma. Para mi que tu insatisfacción por la construcción de un ideal era la búsqueda del calor de tu madre. Se fue muy pronto… Me hablaron de tu afecto a los niños, de la importancia que dabas a la educación siendo un gran autodidacta.
Quizás me equivoque, pero creo que la visión que tiene el mundo de ti no se acerca tanto a tu sentir más profundo, por eso es necesario que vuelvas a través de otras plumas que transmitan tu verdad, esa que escondías detrás de tu sarcasmo y de tu doble sentido y es que eras Piscis, como yo, doble pez, de los que nadan contracorriente creando sus propias normas entre tragos de absenta. Ese hada verde que te inspiraba y llevaba a otras realidades.
Tu verdadera hada fue la niña de tus ojos, tu hija María, que nos acercó tu mundo desde su visión, un tanto distorsionada por la admiración hacia ti. Tu relación con su madre, tu Monina, esconde muchos rincones de vuestra intimidad, pero creo que, a la larga, hubo más ternura y acompañamiento que separación entre vosotros.
Me quedo con vuestra historia de amor, un flechazo en el balneario de Sant Hilari Sacal, en Gerona. Os imagino en una velada teatral en la que ambos interpretabais los papeles protagonistas de la obra de Eduard Aulés i Garriga, Cinc minuts fora del món, cinco minutos fuera del mundo para encontrar el vuestro propio, con interrupciones, pero al final unidos.
Me llega el olor a tu pipa mientras escribes de madrugada para La Esquella de la Torratxa, o La Vanguardia, que dieron a conocer tu sorna y tu talento. Quizás me dirías que: “Quienes buscan la verdad merecen el castigo de encontrarla”. Estoy de acuerdo.
Escribías a veces, quizás bajo el influjo del Amor Brujo… amor a las letras… y pasión por contar, lo que querías, como querías y cuándo querías. Quizás fueran “caprichos de bohemio con posibles”. Dicen que eras un poco agarrao para algunas cosas, pero generoso con los amigos en grandes celebraciones.
Me pregunto qué pensarías de nuestra vida actual, de la presencia de la Inteligencia Artificial, tú que huías de los avances tecnológicos como los aviones y los coches. Los móviles te hubieran horrorizado y nuestras prisas más. En redes sociales te imagino dando caña y animando el cotarro, que era tu especialidad.
A los toros no me iría contigo, pero entiendo que te gustara la fiesta “Niño de la Rambla” y que disfrutaras del cante jondo porque a ti te iba mucho el faranduleo.
Te invitaría a un Espacio de Igualdad para que aportaras tus puntos de vista y escucharas los de mujeres con ganas de darlo todo. Te casaste con una artista que puso música a tu vida, porque tu cantabas, pero componer no era lo tuyo. ¡Ya tenías bastante! ¡Eso también es cierto!
Lo de tu afición por el espiritismo me hizo mucha gracia. De hecho, creo que aprendiste alguna técnica para volver a nuestro mundo cuando te place. Dicen que la vidente italiana, la condesa Aurelia, predijo que vivirías hasta los noventa años, pero estabas algo cansado y decidiste partir antes. Alguna gitana te miró profundamente y lo supo antes incluso que tú mismo.
Tu universo de pinceles y plumas, de viajes reales e irreales entre modernos y arcaicos dejó un legado que merece la pena preservar. Tu Museo del Cau Ferrat es una ventana abierta al mundo, como lo es Aranjuez y los lugares que muestran tu obra. Hoy yo me sumo a este homenaje, con respeto y admiración.
Afectuosamente,
Amatista