Día de la Inmovilidad
José Vaquero
Pasado el trance de celebrar el Día de la Inmovilidad, incrustado como el de la Movilidad entre la Feria del Automóvil y el Día de la Bicicleta convendría hacernos unas cuantas reflexiones.
La Semana Europea de la Movilidad, promovida a nivel europeo entre los días 16 y 22 de septiembre, se pospuso en Aranjuez (sin conocer nadie los actos hipotéticamente programados) por motivos de una amenaza: la de la lluvia.
Si por una amenaza de lluvia tuviéramos que posponer el Día de la Madre, el del Padre, la Navidad, el Fin de año, el día de Reyes o el próximo e importado Halloween, no tendríamos otra cosa que hacer que abonarnos a la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) o al popular Calendario Zaragozano a la vez que ir atrasando o retrasando las celebraciones religiosas, paganas, comerciales o propias de cada idiosincrasia municipal.
Lo de retrasar el Día de la Movilidad en nuestra ciudad no fue mas que una excusa por la falta de voluntad, motivación y programa para su celebración.
Recientemente, en el último Pleno Municipal, se aprobó por unanimidad la Agenda Urbana que contiene 140 puntos en los que se debe actuar en los próximos años insistiendo en que “actuará quien le toque gobernar sin compromiso alguno que cumplir de inmediato.»
Al menos es un compromiso de cara al futuro. Pero, de momento, nada de nada sobre el PMUS (Plan de Movilidad Urbana Sostenible) al que si somos una ciudad europea (lo somos, ¿verdad?) nos comprometen las directrices europeas y no tardando si es que queremos seguir recibiendo ayudas económicas de distintos fondos (también europeos) como los FEDER.
No hubiera sobrado en la zona reservada a la celebración del Día de la Movilidad un “stand” de la delegación pertinente con el programa de actividades y una explicación del significado de esa celebración. A lo peor es que no tienen nada que explicar.
Dejamos perder por inanición y desprecio la planta de compostaje, la red de bicicletas de alquiler municipal Aranbike, los aparcamientos de las calles de Valera y del Rey, el proyecto de conexión de la ciudad con las huertas, sotos y paseos históricos a través del Puente Verde, el monumental vestigio de la red de riegos como es la Azuda…
Mantenemos impresentables y con baches de infarto calles como la del Embarcadero, la Princesa y la de Colmenar que dan la bienvenida a miles de turistas que pernoctan en el camping y presumimos de ser una ciudad Paisaje Cultural de la Humanidad. Invitamos al turista a pernoctar en Aranjuez sin ofrecer alternativas culturales en los fines de semana con las salas de exposiciones cerradas y ninguna sala de cine que ofrecer.
Son asuntos que no conllevan (salvo el proyecto del Puente Verde) inversiones millonarias. Se trata de voluntad, colaboración, llamar a las puertas que sea necesario y limpiar nuestra imagen a la que tanto aportan Rusiñol (aún sin alcorque entorno a su busto) , José Luis Sampedro o el “Concierto de Aranjuez” del Maestro Joaquín Rodrigo.
Pongamos fin a la INMOVILIDAD. Hasta el año que viene.