Héctor Anabitarte

La educación en España no es gratuita, es obligatoria, pero no gratuita. Para no pocas familias escolarizar a una niña o a un niño, les cuesta, al menos, unos 500 euros y si van a una escuela concertada unos 1.000 euros, ya que se ven obligadas a pagar una serie de extras al margen de lo que está establecido.

8,3 millones de alumnos/as y 784 mil docentes están convocados a las aulas. En este curso faltarán profesores de matemáticas, informática y ciencias porque éstos se orientan hacia otros sectores en los que reciben un mejor salario.

El 15 % de las escuelas carece de comedores. Hay menores que no reciben ni una comida completa al día: las estadísticas indican que los menores de las familias más vulnerables tienen un menor rendimiento en clase.

A todo esto la crisis demográfica se hace presente en el mundo escolar y disminuye el alumnado. En unos pocos años España y Japón serán los países más envejecidos del mundo. Si la actual tendencia no cambia en el 2050 en España país habrá 800.000 alumnos menores de tres años menos y por ende muchos colegios tendrán que cerrar.

La inmigración está resolviendo en alguna manera esta crisis. Los fallecimientos superan los nacimientos, en España hay más mascotas que bebés y se vive más, al menos 83 años. En Europa la situación no es muy diferente. España está «escoltada» por Portugal, Italia y Grecia. Habrá que promover la llegada de inmigrantes, el llamado «efecto llamada» no será un problema, todo lo contrario, guste o no. Europa se convertirá en un continente mestizo como Estados Unidos.

La sociedad tendrá que reflexionar, apostar por la convivencia y la solidaridad. No es la primera vez que algo así sucede en el continente. Para comprobarlo basta con coger un libro de historia.