Pateras, cayucos: no hay una respuesta global
Héctor Anabitarte
Pateras, cayucos, no hay una respuesta global y no pocas propuestas para afrontar el tema son absurdas y nacen del temor a una «invasión» que pondría en peligro al mundo occidental blanco y cristiano que, efectivamente, está en peligro, pero poco tienen que ver en eso las pateras.
La crisis en Europa y en Occidente tiene que ver con una economía acosada por la crisis climática y por una demografía afectada por los cambios sociales y culturales. En unos pocos años España será un país envejecido como Japón, el más envejecido del mundo. La sociedad japonesa es tradicionalmente hostil a la inmigración y esa hostilidad puede ser en parte la causa de su baja demografía. Hasta hace relativamente poco tiempo la mayor inmigración en Japón provenía de Corea, pero ahora los coreanos tampoco emigran a tierras japonesas como antes de la Segunda Guerra Mundial. Conviene recordar que a los hijos de coreanos nacidos en Japón se les negaba la nacionalidad nipona.
Europa, necesitada de mano de obra, traslada sus industrias, sus empresas, a otros continentes, aunque esta tendencia se está abandonando, pues ya no es tan rentable. Europa tiene que reflexionar, entender hacia dónde va el mundo y no buscar un chivo expiatorio haciendo a la inmigración responsable de sus males.
Por eso propuestas como la de Vox y el Partido Popular de que la Marina de Guerra sea destinada a las costas africanas para interceptar pateras y cayucos resultan absurdas, disparatadas y fruto de la ignorancia y del oportunismo. Evidencian que estos partidos ignoran qué es lo que hay que hacer y sólo pretenden agitar los fantasmas del miedo ante el extranjero utilizando las más bajas estrategias para conseguir votos al estilo Meloni o Trump.
Por otro lado los países africanos no estarán de acuerdo en aceptar la presencia de naves de guerra de un país europeo y, en todo caso, lo permitirán a cambio de una retribución económica. Además, las pateras, los cayucos, no salen al mar desde puertos al uso y eso obligaría a vigilar casi toda la costa africana. Lo dicho, propuesta disparata y de imposible cumplimiento.
Las pateras interceptadas tendrían que ser recogidas, auxiliadas como lo establecen las leyes internacionales. Los países de donde salieron las pateras no aceptan generalmente a estos náufragos. Estas personas tendrían que ser desembarcadas en puertos españoles y habrá que establecer quiénes pueden acceder o no al derecho de refugio político o por causas humanitarias.
En lo que va del año más de 4.000 personas murieron ahogadas, la mayoría hombres jóvenes, afortunadamente no todos los pasajeros de las pateras mueren en su intento desesperado por vivir mejor, por el derecho a comer… Algunos, muy jóvenes, hoy se han convertido en deportistas extraordinarios y destacan en diversos oficios y profesiones, mucho talento desaparece bajo el agua.
En lo que va del año llegaron vivos a Canarias 19.000 inmigrantes. Ante la propuesta de PP y Vox, mandos de la Armada han manifestado públicamente que dicha institución no está para eso y que, por otra parte, no sería eficaz semejante medida.
En una acción totalmente distinta a la propuesta por la derecha y ultraderecha española, se están desarrollando programas de formación a jóvenes de Gambia y Senegal. Los resultados se conocerán a largo plazo… Preocupa lo que el PP y Vox llaman «efecto llamada» y retuercen sus propios argumentos reconociendo en cierta forma que la economía española está pasando por un muy buen momento y eso atrae a los inmigrantes hasta el punto de hacerlos jugarse la vida en el mar. Europa ya es un continente mestizo y mirar para otro lado es inútil. Hay una respuesta a largo plazo, asumir la realidad.