Nueva etapa, nueva oportunidad para Aranjuez
por Oscar Blanco, portavoz municipal del PSOE
La dimisión de María José Martínez como Alcaldesa de Aranjuez era una decisión esperada puesto que era un rumor que estaba en la calle desde hacía varios meses. Por supuesto, en el ámbito personal, le deseo suerte en su nueva etapa como diputada autonómica y le pido que, durante esta etapa, ejerza como ribereña y se preocupe, de verdad, por mejorar la calidad de vida de sus vecinos y vecinas, algo que durante el último año, compatibilizando ambos cargos, no ha hecho.
Se abre una nueva etapa llena de retos para comenzar a mirar hacia el futuro de otra forma a como la hemos vivido estos últimos años, porque la posibilidad de que haya un nuevo alcalde de Aranjuez abre la posibilidad de replantearse un nuevo escenario. Tenemos grandes retos ante los que los grupos de la oposición hemos planteado sentarnos para debatir, consensuar y acordar para que nuestra ciudad inicie un camino hacia un futuro mejor, algo que hasta ahora no ha sucedido con María José Martínez.
Hay asuntos muy importantes que debemos afrontar, como la Agenda Urbana, el Plan de Ordenación Urbana y el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, que lidera un concejal -de Vox- que ha presumido de no llegar a acuerdos con la izquierda, y esas actitudes antidemocráticas hay que desligarlas de los Plenos, para lo que el nuevo alcalde tendrá que trabajar. Es urgente cambiar no solo las formas si no también la gestión, hasta ahora deficiente.
Hay que recordar que María José Martínez no ha sido una alcaldesa que haya mirado por sus vecinas y vecinos. Nunca reivindicó las demandas ciudadanas respecto a la sanidad pública, no trabajó para devolver a los profesionales médicos a las Urgencias del centro de Abastos ni reivindicó que se mejoraran los servicios del Hospital del Tajo, en precario desde hace muchos años.
Tampoco supo gestionar los fondos europeos que han llegado desde el Gobierno de España. Más de 50 millones de euros que se pusieron a disposición de esta ciudad y que no han tenido la influencia y la repercusión para las mejoras que necesitábamos. También decidió destinar todo el remanente de tesorería a paliar la deuda, cuando el Estado permitió que parte de ellos pudiesen emplearse en invertir para las ciudades. Los bancos podía esperar un poquito más, pero Aranjuez necesita reformas que no se han afrontado con la determinación de que debería. Y muchos de esos fondos europeos se perdieron, como los destinado para los desperfectos de Filomena, por no tener diseñados los proyectos que había que desarrollar.
La alcaldesa que se marcha no ha sido buena gestora, ni a nivel de proyecto de ciudad, inexistente, ni tampoco en cómo ha gestionado su equipo, puesto que ha mantenido en su Gobierno a un concejal, José González Granados, que ha provocado que el Ayuntamiento haya sido condenado dos veces por persecución a una trabajadora municipal.
Comienza una nueva etapa que, en realidad, no es tan nueva, porque no podemos olvidar que el futuro alcalde, Miguel Gómez, lleva ya cinco años dentro de un Gobierno municipal que no ha sabido enderezar el rumbo de una ciudad que necesita muchos cambios. Gómez ha sido, y es, responsable de áreas tan importantes como la de Obras y Servicios, que incluye el mantenimiento de la ciudad, y ya llevamos mucho tiempo observando que el mantenimiento de los barrios de Aranjuez es nulo, que la ciudad presenta un estado deficiente y que la limpieza no luce como debería para tener un contrato, firmado por el Partido Popular y Vox, que ha empeorado las condiciones y que ha subido el coste.
También es Gómez el responsable de fiestas y ya hemos visto que las de San Fernando han sido las peores fiestas que ha tenido Aranjuez en muchísimos años, con poca inversión y con muy baja participación, por lo tanto tenemos que ser prudentes ante este nuevo ciclo dentro del Partido Popular.
Aún así, desde el Partido Socialista trabajaremos para colaborar desde la oposición para llegar a grandes acuerdos y a todos los consensos necesarios para que Aranjuez crezca y avance para sentar las bases de un proyectos de ciudad que, gobierne quien gobierne en el futuro, sean un pilar básico para proyectarse hacia el lugar que merece.
Por otro lado, también se presenta una oportunidad para, en lugar de que el Partido Popular se abrace a la extrema derecha en nuestra ciudad, como ha hecho hasta ahora, se comience a aislarla y recuperar la normalidad democrática, tal y como se está haciendo en toda Europa.