Se agradece la intención del Ayuntamiento de dotar de ambiente navideño a algunos barrios, como el Nuevo Aranjuez, pero la iluminación de la calle de Abastos, entre las de Abdón Bordoy y Jesús, no es un dechado de virtudes que digamos. La apenas decena de estrellitas está camuflada entre los árboles y por la propia luz de las farolas, haciéndola casi invisible. Para el año que viene, unas lucecitas centradas sobre la calzada, por favor.