El infanticidio está de moda
Héctor Anabitarte

El infanticidio está de moda. Todos los días aparecen en los medios informaciones sobre el asesinato de niñas y niños, ahora toca Gaza y no deja de aparecer Ucrania. El infanticidio es constante, se trata de miles de asesinatos que son justificados con justificaciones no creíbles: los que bombardean dicen que se están defendiendo, el agresor siempre es el enemigo y la única solución sería su eliminación o el secuestro de miles de menores ucranianos que incluye cambiarles los nombres y sus familias no saben donde están.
El infanticidio se está normalizando y en España es bastante habitual que un padre asesine a su hijo: la última víctima, un niño de siete años al que arrojó por un barranco. A un maltratador habría que quitarle la patria potestad.
Tanto infanticidio no es espontáneo ni se trata de eso que llaman efecto colateral. Los que mandan lo han planeado a puertas cerradas, dejando los móviles a los ayudantes en el pasillo. Se trata de pegarle al enemigo en donde más le duela y que el enemigo sea para siempre. ¿Qué reconciliación puede haber cuando mueren asesinados en Gaza menores todos los días o cuando miles de menores son secuestrados por orden de Putin, haciéndolos desaparecer? Esas heridas nunca van a cicatrizar.
Save the Children informa al respecto: en 2020, en 22 países donde suceden conflictos fueron asesinados 2.674 niños; el año siguiente, también en 22 países, fueron 2.513 y, en 2022, en 24 países, 2.932. En sólo tres semanas, en Gaza, han sido asesinados 3.195 niños y niñas.