Inteligencia, ¿artificial?
Héctor Anabitarte

Lo de inteligencia artificial puede parecer una definición contradictoria, ¿inteligente y también artificial? Pero con este tema no conviene bromear, mil especialistas, científicos, expertos, han decidido en una carta abierta pedir a los gobiernos y a las grandes empresas que suspendan al menos durante seis meses los trabajos sobre la inteligencia artificial.
Como en todo hubo pioneros, uno de ellos el matemático británico Alan Turing que en 1940 publicó un artículo, «Computing Machinery and Untlligence», que tuvo poca repercusión. Alan Turing, durante la Segunda Guerra Mundial, consiguió algo extraordinario: descifrar los códigos secretos de los nazis y gracias a eso acelerar su derrota. No hubo premios ni reconocimientos para él.
Era homosexual y fue arrestado por ligar en un servicio público. Le aplicaron la castración química, lo que provocó su suicidio. Inyectó veneno en una manzana y bastó un sólo mordisco (en su homenaje el logotipo de apple). En 1954 fue rehabilitado postmortem. Hoy es considerado uno de los padres de eso que se ha dado en llamar IA.
Hay una cierta alarma social cuando se habla de Inteligencia Artificial (Spielberg en su filme «I.A» se acerca a dichos miedos planteando un cuento infantil distópico), se habla de profundos riesgos para la sociedad y la humanidad y así lo expresan los científicos en su Carta abierta: «podría representar un cambio profundo en la historia de la vida en la Tierra». Inquietante.

El Parlamento Europeo no es ajeno a este tema. Plantea regular la inteligencia artificial promoviendo la innovación pero garantizando la seguridad y la protección de los derechos humanos. La iniciativa de los parlamentarios europeos es muy significativa y tiene tanto que ver con la ética como con vida cotidiana de toda la población.
Más de 250.000 personas exigieron que se prohíban los sistemas de vigilancia biométricas que violan los derechos humanos de las personas usando sistemas de Inteligencia Artificial aplicados en base a género, sexualidad, etnia, emociones… La sociedad se mueve y se defiende.
La humanidad suele enfrentarse a desafíos que pueden superarla. En los cuarenta-cincuenta-sesenta la amenaza fueron las bombas nucleares (si se utilizaran las almacenadas no quedarían vivas ni las cucarachas). Actualmente la crisis climática puede ser aún peor y por si faltara algo: la inteligencia artificial.
Finalmente, un poco de humor: el cineasta norteamericano, Woody Allen, reflexionando sobre de dónde venimos, adónde vamos, qué pasa cuando morimos y otros sinsentidos de la existencia, concluye: «¿y qué cenamos esta noche?» Las prioridades mandan.
