Las guerras nunca terminan
Héctor Anabitarte
Las guerras nunca terminan, una de sus consecuencia es que haya vencedores y vencidos, la experiencia española así lo testimonia y algo parecido sucede en Estados Unidos: la única guerra que sucedió en su territorio fue entre norteños y sureños.
Las guerras han acompañado a los humanos a través de la historia; se ha tropezado con la misma piedra tantas veces y ahí está, intocable. Actualmente cuatro, al menos, están sucediendo: en Ucrania, en Somalia, en Etiopía, que ha provocado más de 700.000 muertos y numerosos desplazamientos, miles de familias viven en la miseria, sus vidas están en peligro. Y en Siria: guerra más terremotos.
Tantos tratados de paz se han firmado como declaraciones de guerra, en eso no siempre es así: Japón en el siglo veinte agredió a Rusia y a Estados Unidos sin previo aviso. Tampoco Rusia hizo una declaración de guerra a Ucrania.
Dice Google que en el año 1259 antes de Nuestra Era, los imperios egipcios e hititas llegaron a un pacto tras larga guerra, un acuerdo por escrito, el más antiguo que se conoce. La paz estuvo vigente 110 años, algo bastante insólito. Este acuerdo histórico se debió principalmente a dos mujeres, la emperatriz hitita y la egipcia, Puduhepa y Nefertari, que participaron activamente en las negociaciones.
Este acuerdo desarrolló las relaciones comerciales entre los dos países y Egipto, por ejemplo, gracias a la importación de hierro, salió de la Edad Bronce. Finalmente, lo de siempre, la costumbre, los hititas fueron invadidos, no por los egipcios, y destruidos.
El 21 de septiembre es el día de la paz decidido por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Se decidió esa fecha recordando los bombardeos atómico sobre Hiroshima y Nagasaki. Curioso: asociar la paz con el bombardeo atómico. Día de la Paz…