Las Castañuelas vuelven a repicar con su sonsonete acuático desde que el pasado martes Patrimonio Nacional abriera las compuertas del bocacaz de la Ría, con lo que además el nombre del Jardín de la Isla vuelve a cobrar sentido.

La delegada de PN en Aranjuez, Ana Carmen Lavín, y Luis Pérez de Prada, jefe del Departamento de Arquitectura y Jardines el ente, presidieron el acto.

Aunque las obras de reforma de ese entorno del lado norte del Palacio Real no concluirán hasta febrero, Patrimonio Nacional ha dado agua al cauce artificial cuya reforma, como el del Patio de Pescadores, fue presentado en octubre del año pasado y que tiene un presupuesto de 1.302.813 millones de euros.

El tramo acondicionado de la Ría discurre desde las compuertas que dan a la presa de Palacio hasta el aliviadero de la Plaza Elíptica, unos 5.700 m2. Se han renovado compuertas, restaurado las propias Castañuelas, reparado filtraciones del foso del Parterre y se ha mejorado el lecho artificial del cauce tanto en su limpieza de vegetación agresiva como cuidando especialmente las condiciones para la fauna piscícola con la inclusión de tres capas de grava y de diversas rocas que permiten que el fondo pedregoso y las corrientes cuiden el hábitat de desove de especies como el barbo, que remonta el río Tajo para la «postura» anual.

Respecto al muro sur, ya en 2014 se apreció una grave deformación, que ha tenido que ser tratada ante la posibilidad de su derrumbe, dado las condiciones de descalce en el que se encontraba. Con el estado agravado desde 2016, en 2018 se realizaron varias actuaciones de emergencia por un importe de casi 200.000 euros.

Su reforma ha quedado patente en el aspecto que ahora presenta, donde las hileras de sillares han dejado paso a otro tipo de construcción y revoco y que los técnicos de Patrimonio Nacional han decidido que así sea acorde a las pautas actuales de restauración y conservación.

La Ría es una de las obras hidráulicas proyectadas por Felipe II para el Real Sitio y se trata de un brazo del río Tajo de 30 metros de anchura encauzado por un muro de sillares de piedra caliza de 4,20 m de altura con un recorrido total de 902 metros. Separa el Palacio Real del Jardín de la Isla, cuya configuración definitiva se corresponde con las obras ejecutadas a principios del siglo XVIII.