El Gobierno municipal decidió decretar el cierre de todos los parques infantiles de la ciudad y también de las pistas deportivas al aire libre que estén ubicadas en espacios abiertos.

La medida, efectiva desde el pasado viernes, no es más que la aplicación de la sensatez por encima de cualquier orden de la Comunidad de Madrid y de cualquier malestar que pueda provocar en las familias ribereñas, que ven en estos espacios un desahogo para que los más pequeños puedan disfrutar de espacios en la calle habilitados para que puedan desfogar estos meses de confinamiento y asimilar mejor la vuelta al cole.

No parece una cuestión lógica que con la creación de grupos burbuja en los colegios, donde los niños no pueden juntarse con otros grupos, los parques infantiles puedan seguir teniendo una actividad normal como si nada pasara o nada hubiese pasado.

Es una insensatez que después del sacrificio que hacen los más pequeños en el colegio, sin poder juntarse a compartir juegos con sus amigos más cercanos, porque les ha tocado en otra clase, puedan disfrutar en el parque infantil después sin distancias de seguridad ni medidas que prevengan posibles contagios.

Además de esta condición, tampoco ayuda que haya personas, jóvenes en algunos casos y no tan jóvenes en otros, que no respeten el espacio y lo ocupen una vez ha pasado el turno de los más pequeños para montarse el  botellón o, simplemente, para organizar reuniones en las que se juntan más de diez – máximo permitido en estos momentos- sin mascarillas y sin distancias de seguridad.

Otra cosa es que desde el Gobierno municipal no se haya sido capaz, como muestran las denuncias de muchos vecinos en redes sociales y también de algunos grupos políticos, de controlar esta situación.

La delegación de seguridad tiene que ser firme y la alcaldesa de Aranjuez, María José Martínez, tomar cartas en el asunto en lugar de desviar la responsabilidad en lugar de admitir que se está intentando actuar ante este tipo de situaciones.

Las leyes amparan las actuaciones policiales en estos casos y la sanción económica a quienes no respeten las normas de seguridad está garantizada en las normativas que rigen actualmente. No puede ser que la Policía Local muestre tanta debilidad en este aspecto porque la salud pública y, por tanto, los ciudadanos, viven en un riesgo que va aumentando cada día que pasa.

La Policía Local conoce, como conoce muchos de los ciudadanos, dónde se dan este tipo de ‘reuniones sociales’ que no están permitidas y si no son capaces de atajar  el problema es que no están haciendo su trabajo.

La gran mayoría de vecinos de Aranjuez está realizando un gran esfuerzo por hacer bien las  cosas respecto a la seguridad y no es tolerable que el incivismo reine por encima de la responsabilidad.