Los votantes mandan
[ Héctor Anabitarte ] Los votantes mandan y esa sí es una encuesta que no admite posibilidad de dudas. Negar la realidad es peligroso y no se trata de recordar esa frase tan mencionada en algunas circunstancias, el pueblo no se equivoca nunca. Las elecciones locales en Aranjuez expresan que se trata de una sociedad muy diversa. Es obligatorio dialogar, negociar, pactar, en función de los intereses generales. El cainismo, la intransigencia, considerarse el propietario de la razón, es darse tiros en el pié. Y tomar nota de que ya no se gobierna a pesar de ser el partido más votado como se da en el caso de Aranjuez donde el PSOE logró la mayor cantidad de votos. Aranjuez necesita un gobierno estable durante cuatro años, con un programa que mejore la calidad de vida de sus habitantes. El actual gobierno municipal en función, superando muchas dificultades, concretó una estrategia positiva logrando establecer acuerdos con otras formaciones políticas; entre otras cosas en su haber cuenta haber ordenado la deuda, un problema que se arrastró durante décadas. Y como pasa en toda España, en Aranjuez también se enfrentan dos proyectos. Al de la izquierda se lo puede visualizar, pero hay otro, el de la derecha, que necesita para alcanzar la alcaldía el apoyo de la ultraderecha representada por Vox que propone liquidar las autonomías y reivindica a Don Pelayo como símbolo identitario, que considera que la violencia machista es un asunto doméstico y exalta la práctica de la caza y el uso de armas… Es todo un programa reaccionario que en estas últimas elecciones posiblemente tocó «techo», posiblemente. Pero en política, ya se sabe, todo es intercambio. Del bipartismo, dos bloques con conflictos en el interior de los mismos, hemos pasado a un escenario por donde se desplazan nuevos actores. La izquierda, como ya es una costumbre, una tradición, se presentó dividida y por eso muchos de sus votantes no estarán representados en los Plenos. Esta es una oportunidad para darle un mordisco a las dos Españas. Con la Constitución sobre la mesa trabajar por una sociedad solidaria, progresista, más democrática, en la que una parte significativa de la población no esté excluida económica, social y culturalmente. No hay convivencia sí impera la injusticia. Es de desear que impere el sentido común y los personalismos sean archivados.