[ ALFONSO SEGOVIA ] Ha comenzado la temporada de riegos en Aranjuez y la red de sistemas hidráulicos se ha puesto de nuevo en funcionamiento, después de un invierno escaso en lluvias que ha alterado el comportamiento de algunos cultivos, engañados por la climatología anormal. En el territorio del Real Cortijo de San Isidro, el período entre riegos ha permitido hacer algunos trabajos de mantenimiento de los canales que conducen el agua, en donde hay tramos en estado deficiente, que provocan continuas pérdidas de agua y falta de eficacia en el suministro. Los más importantes se han realizado en el llamado Caz Chico, que no responde a su nombre, pues las dimensiones de su cauce permiten que pueda circular un importante volumen de agua (aprox.14 hm3) y abastecer a numerosas parcelas agrícolas de la Entidad Local Menor. Su denominación original era Caz de Fornells, nombre del ingeniero que lo diseñó en el siglo XVIII. También se le llamó el Caz del Medio, por el recorrido que hacía, entre el Caz de la Cola Alta (o Acequia de Colmenar) y el Caz de la Azuda, que venía desde la Presa del Embocador. Este canal, con forma de trapecio invertido, tiene una anchura superior en torno a 5 m., la inferior de 1,25 m. y profundidad aproximada de 2 m. Aunque realiza un recorrido total de casi 4 Km, los trabajos más evidentes se aprecian en el tramo existente entre la Compuerta del Cortijo, junto a la calle San Isidro (acceso principal al Real Cortijo), y la Compuerta de Pico-Pata, junto a la calle Ojalvo (acceso Oeste del Real Cortijo), antes de su encuentro con el Caz de la Cola Alta. Se han reparado las paredes del cauce y se han acondicionado los márgenes, desbrozando y dejando sendas de circulación lateral. El año 2010, la Confederación Hidrográfica del Tajo promovió un proyecto, dentro del ámbito global de los Proyectos de Recuperación paisajística y cultural de los sistemas de riego en Aranjuez, con objeto de poner en valor ese entorno hidráulico tradicional de Aranjuez. Se pretendía abordar un conjunto de actuaciones que reforzaran la integridad ecológica de la zona, junto con un uso recreativo sostenible que permitiera tener mayor conocimiento del medio ambiente, así como mejorar la educación en la conservación de los valores naturales de la zona. Para ello se disponía la realización de sendas peatonales y ciclistas, alrededor de los sistemas tradicionales de riego, que atrajeran hacia ellos un turismo sostenible, favoreciendo el conocimiento de su valor ambiental. En paralelo, se harían mejoras en los canales y su entorno, para tener un aprovechamiento más racional. Las nuevas sendas, dispuestas en los márgenes de los canales, complementarían las que ya existen como caminos de servicio. En ellas se incorporarían plantaciones, mobiliario, señalización y medidas de seguridad. Transcurridos 8 años, el proyecto parecía estar en el olvido (y quizás lo esté), pero las labores realizadas este invierno, tanto en el Caz Chico como en parte del Caz de la Cola Alta cercano al cementerio, se aproximan, en cierta medida, a los contenidos del mismo, aunque estén bastante alejadas de los objetivos finales pretendidos. Sería muy razonable continuar por esa senda, cumpliendo la anunciada inversión de 14 millones de euros, en el período 2018-2021, para conservación y explotación de los Canales de Aranjuez, que coincide en su delimitación con el proyecto citado, pero no en sus objetivos culturales. Parece que cuesta incluirlos, de forma fehaciente, en los compromisos políticos finales (es decir, en los presupuestos), pero conviene recordar que, no hace tanto tiempo, estos canales y su entorno eran utilizados por cortijeros y ribereños para el ocio y el baño, en el duro estío de Aranjuez. La degradación y mercantilización del agua impide disfrutar de unas actividades lúdicas que el ciudadano recibiría ahora COMO AGUA BENDITA.