Aranjuez Ahora se situó, con su firma en el Acuerdo de Sostenibilidad Económica firmado con PSOE, InPar y la concejala no adscrita, Mónica García, en el peor de los escenarios posibles: el de gobernar sin gestionar. La candidatura ciudadana, presionados por sus mayores de Podemos en Madrid, cedió ante lo que nunca quiso ceder y firmó un pacto que le ha condenado para el resto de la legislatura, y con el agravante de no formar parte de un gobierno desde donde podrían haber llevado a cabo varias de sus reivindicaciones, como está ocurriendo con Iniciativa por Aranjuez, que arriesgó, dejando a un lado pesquisas electoralistas, para tomar decisiones, más acertadas o más equivocadas, en favor de la ciudad. La decisión de Aranjuez Ahora de no formar parte directa del Ejecutivo solo se sostiene desde la comodidad de criticar la gestión del Gobierno municipal sin la responsabilidad de decidir. Sin embargo, la candidatura ciudadana es cómplice directa de la gestión del Gobierno de coalición puesto que aprobaron y dieron su visto bueno, negociado, a un Plan de Ajuste y a unos Presupuestos, ambos criticados duramente desde el grupo en la oposición, un grupo que asume, entre sus cuatro representantes en la Corporación, las decisiones que toman sin apoyarse, como en su día vendieron como una de sus cualidades, en asamblea ciudadana alguna, un órgano que ha desaparecido de la candidatura que debía sostenerse en las decisiones ciudadanas. La pasada semana se votó en el Pleno una modificación presupuestaria que permitirá una inversión en la ciudad de casi un millón de euros con un coste para las arcas municipales de 200.000 euros gracias a los Planes de Inversión Regional (PIR) y a los Fondos Europeos (EDUSI), que reportarán a Aranjuez en los próximos años 15 millones de euros entre los dos y que sostendrán gran parte de las inversiones proyectadas en un Plan para cuatro años. Aranjuez Ahora se apresuró a decir, con cierta razón, que estas inversiones eran pocas. El municipio necesita mucho más, sobre todo cuando no se ha invertido en la ciudad en los últimos años. Sin embargo, Aranjuez Ahora obvia, por no querer o no poder entender, que el Real Sitio sigue intervenido por el Ministerio de Hacienda, que permitió al Ayuntamiento adherirse a un fondo de Ordenación para tratar de sanear una deuda provocada por todos los partidos que han pasado por el Gobierno, incluido IU, a cambio de respetar un techo de gasto que es el que rige, en la actualidad, la economía del municipio. Existen dos formas de gobernar una ciudad en una situación económica extrema: la austeridad o la inversión para tratar de reportar beneficios. El Partido Popular optó por la primera; el actual gobierno de coalición entre PSOE e InPar, por la segunda. Cuál es mejor de las dos deberán decidirlo los ciudadanos en las urnas. La que parece haber elegido Aranjuez Ahora es una tercera opción, la de la incoherencia política, la de negociar acuerdos para luego criticarlos de manera desnaturalizada en búsqueda de un rédito electoralista en el que se han metido demasiado pronto. Y sin un futuro claro que lo sostenga. La última incoherencia política de Aranjuez Ahora ha sido afirmar que un informe de Intervención le dice al Gobierno municipal “que haga políticas de izquierdas”, como si el Interventor no fuese un habilitado nacional que debe dejar a un lado sus preferencias políticas para informar, en exclusiva, de cuestiones técnicas. De lo contrario, el propio Interventor municipal tendría un problema serio y el Ayuntamiento, grave.