Manuel de Gracia: Cuando habla el paisaje
La exposición del artista post-impresionista se inaugura el 3 de octubre en el Centro Cultural Isabel de Farnesio
Alrededor de 1870, en Francia, tuvo lugar una revolución en la historia del Arte: la aparición de una nueva forma de pintar que se denominó “Impresionismo”. Quien acuñó el término fue Claude Monet que tituló “Impresión” a uno de los cuadros presentados en una exposición en el Boulevard des Capucines. Aquél cuadro dio nombre a una de las más perdurables escuelas pictóricas. Los jóvenes artistas descubrieron de pronto el placer de la pintura al “plein air” y sacaron sus caballetes de los oscuros atelieres para instalarlos en medio de la naturaleza, bañarse de luz e impregnarse de la “impresión” que el paisaje comunica al alma. Por supuesto, en un comienzo, dichos artistas fueron atacados sin piedad por los academicistas de siempre (esos que sólo dejan en la historia del Arte la huella de su conservadora estupidez). Los impresionistas (pintores, pero también literatos) más que reproducir el paisaje de forma servil nos cuentan lo que este nos dice, lo que nos narra en ese idioma que perciben mejor que nadie los artistas (aunque no sólo habla a estos). Más que la realidad objetiva del paisaje, el impresionista refleja su propio ser, las impresiones que la naturaleza viva y cambiante plasma en sus sentidos y guía a sus pinceles.
Manuel de Gracia pertenece a esa estirpe de pintores. Nació en Mora de Toledo (1937), pasó por un seminario que abandonó a los 16 años impulsado por la vocación. A los 19 años (“con trescientas pesetas”) llegó a Madrid y comenzó su formación en el Círculo de Bellas Artes. Después vendrá su primer viaje a París donde aspirará in-situ el aire que llenó los pulmones de los maestros que lo inspiraron. En 1963 vuelve a España y comienza a exponer en muestras colectivas e individuales y en 1973, al ser galardonado con el Premio de África, tiene la oportunidad de viajar por primera vez al Sahara y enamorarse de un nuevo país: Marruecos. Luego vendrán nuevos viejos por Holanda, Bélgica y siempre Francia. Seguirá exponiendo en España (su última y exitosa exposición en Madrid fue en la Galería Ansorena, en enero de 2013) y en varias muestras colectivas en EE.UU, Suiza, Francia, Austria, Malta…
Desde el 3 de octubre al 9 de noviembre podremos admirar su obra en el Centro Cultural Isabel de Farnesio. Traerá unos 50 ó 60 cuadros (según nos informa su hija, la también notable pintora Ninoshka de Gracia) en la que se incluirán paisajes de Marruecos (de Chauen, especialmente), Extremadura (donde reside desde hace años el artista), Segovia (“Segovia nevado”) y, naturalmente, de Aranjuez.
Es Ninoska de Gracia, te has comido el “de”, hay que revisar el trabajo después de escribir lo.
¡Madre mía, de 2013! Más vale tarde que nunca. Gracias.