[ Montse Bodas ] Cómo hablar de la Asociación de Mujeres de Aranjuez “Aprender a Vivir” sin dejarme la piel en el tintero. Desde que las conocí hemos recorrido muchos caminos juntas. Para quien no las conozca que sepan que son, somos, un grupo de mujeres valientes que llevan ya diez años diciendo no a la violencia de género. Su inicio se forjó tras un grupo de terapia realizado por el Centro de la Mujer, allí vieron que lo que ellas habían vivido les pasaba a otras mujeres y que estar juntas las hacía más fuertes, luego nos fuimos sumando mujeres sensibilizadas con esta lacra social. Este año “Aprender a Vivir” celebraba su X Aniversario el pasado mes de octubre y el lunes de esta semana su Jornada de Puertas Abiertas. Si algo las caracteriza es su apertura para recibir con los brazos abiertos a quien quiera conocerlas. Porque en esta asociación todas las historias importan, todas las mujeres cuentan, todas sus voces son escuchadas. Hay mujeres que llegan tras un naufragio después de diversas tormentas: violencia, separaciones, soledad, miedo, búsqueda de un espacio propio. Mujeres que se acercan para involucrarse en su lucha y entre todas surgen esas ganas de avanzar diariamente y llegar a ser mejores. Hay risas, llantos, hermanamiento, cercanía, cariño, momentos para aprender algo nuevo todos los días, a través de todas las actividades y talleres que se realizan a lo largo del año. En estos diez años hemos realizado exposiciones, obras de teatro, lecturas de poemas. Hemos sacado ese potencial oculto para expresar que lo que sentimos y hacemos es importante. Sin olvidar la parte reivindicativa, como nuestro Minuto de Silencio, que realizamos desde hace unos años en la Plaza de la Constitución, el último sábado de cada mes, para visibilizar que la violencia hacia la mujer sigue existiendo, que muchas de ellas acaban asesinadas y que mucha parte de la sociedad aún sigue mirando para otro lado. Sabemos que diez años son muchos, pero no los suficientes para anunciar que no necesitamos un día especial, que no lo queremos, porque ojalá la violencia de género dejara de existir y no hubiera más mujeres asesinadas.