Comienza el realojo de 43 familias del barrio de Cáritas
La Consejería de Infraestructuras y Vivienda de la Comunidad de Madrid ha iniciado hoy el realojo de 43 familias del barrio de Cáritas en Aranjuez, después de que el Ayuntamiento declarara el edifico en ruinas por su mal estado de conservación.
El plan que la consejería está desarrollando a través del IVIMA y el IRIS contempla el traslado de parte de estas familias a otras viviendas, propiedad también del IVIMA, en el municipio; el resto serán trasladadas a otros puntos de la Comunidad de Madrid, atendiendo a sus circunstancias familiares y personales, y prestando especial atención al número de hijos, su situación escolar y sanitaria.
De estas 43 familias, las 15 que tenían su vivienda en propiedad han sido trasladadas a un edificio anexo de nueva construcción.
El viceconsejero de Infraestructuras y Vivienda de la Comunidad de Madrid, Borja Carabante, ha destacado la importancia de este realojo ante el mal estado del edificio, que ponía en riesgo la seguridad de los vecinos.
Carabante ha recordado que las familias que no son propietarias continuarán en el mismo régimen de alquiler que los 23.000 inquilinos que el IVIMA tiene en toda la región.
Por su parte, la alcaldesa de Aranjuez, María José Martínez, ha señalado que la intervención en esta zona del la ciudad marcará un antes y un después en la historia de Aranjuez. «Lo que se está llevando a cabo hoy es la consecución de múltiples reuniones de coordinación entre el Ayuntamiento y diferentes organismos de la Comunidad de Madrid a fin de resolver un problema enquistado hace muchos años», ha relatado.
Derribo de viviendas
Desde primera hora de la mañana, técnicos del IVIMA y fuerzas de seguridad velaban por el desarrollo correcto del Plan de Realojo impulsado por el Ayuntamiento y el Gobierno regional. Los vecinos y sus enseres se agolpaban en las proximidades del edificio que será demolido, mientras algunos, a regañadientes, se despedían del edificio insalubre en el que se acumulaban kilos de basura en sus patios interiores.
Cada familia es avisada e invitada a desalojar la vivienda. Una vez hecha la comprobación, se demuelen las paredes y las escaleras de acceso con el objetivo de que las viviendas no puedan ser ocupadas .
Con el derribo de este edificio, se pone fin a uno de los barrios más degradados de Aranjuez en el que los problemas de convivencia y salud pública estaban a la orden del día.
Para evitar que algunas familias decidan ocupar viviendas vacías en otras zonas, Policía Local y Nacional han reforzado la seguridad y la vigilancia, aunque creen que el caso no se dará, pues la familias que se conviertan en «okupas» perderán la vivienda que el IVIMA les ha adjudicado.