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Publicado: Jue, Nov 3rd, 2016

Ernesto Sábato: La casa y el tiempo

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Jueves 27 de octubre. Leo en Buenos Aires el MÁS virtual que me llega desde Aranjuez y en las páginas de Cultura el excelente artículo de Enrique H. Roulet: ‘Tolstoi, Sábato y la violencia de género’. Su lectura hace que decida no postergar más mi visita a la Casa museo Sábato inaugurada por sus nietos en 2014 en Santos Lugares, una población situada a unos treinta kilómetros de la capital

Sábado 29 de octubre. 12 h. El ‘colectivo’ (autobús me deja en la estación de Santos Lugares (allí se instaló en 1945 Ernesto Sábato y allí vivió hasta su muerte, a los 99 años, el 30 de abril de 2011) y desde allí camino unas cuatro cuadras hasta encontrar la Casa del escritor en la calle Langeri 3135.
Llego demasiado temprano (las visitas, gratuitas y guiadas por sus nietos, son los martes y sábados de 13 a 19 h.) y me entretengo anotando en mi libreta frases como las que siguen: “Sábato escribía y quemaba lo escrito”; “Como Pablo Castel en ‘El Túnel’ estamos condenados a matar simbólicamente aquello que más amamos”; “Seguimos caminando en este puto país ‘Sobre héroes y tumbas’”; “Los asesinos y sus cómplices se ríen del ‘Nunca Más’ y votan a Macri”; “La oligarquía en este infierno sigue oliendo a bosta aunque se disfrace con trapos de Armani, la clase media no es ni chicha ni limonada y siempre apoya a los peores y la clase obrera ya no existe”; “Tengo que volver a leer ‘Hombres y engranajes’”; “Seguro que Saramago leyó ‘El informe de ciegos’ de E.S, seguro que ese viaje al horror blanco inspiró su ‘Ensayo sobre la ceguera’”; “Existe el Mal, no sé si existe el Bien”; “Hacía muy bien E.S. al recomendar que no se leyeran sus libros: marcan para siempre y promueven la tristeza que tampoco sirve para nada”; “Sábato es el heredero de Roberto Arlt, el continuador de ‘Los siete locos’”; “Ni Borges ni gaitas, Sábato es toda la literatura argentina, brutal como el país, desesperada como el tango ‘Desencuentro’: Y en ese tu total/fracaso de vivir/ ni el tiro del final/ te va a salir”…
Puntualmente, a las 13 h., se abrió el portón de la Casa Museo e ingresamos (unas quince personas) al jardín en sombras, árboles enormes, intencionado descuido (así quiso E.S que permaneciera), una estatua de Ceres (que originariamente estaba en la Plaza Lezama y que la ciudad de Buenos Aires donó al escritor por haber situado allí muchos pasajes de ‘Sobre héroes y tumbas’); dos altos cipreses; una imponente araucaria; magnolias; enredaderas…
Entramos en la casa: la biblioteca (con todos sus libros leídos y anotados), la vieja Olivetti, el invernadero, el atelier (finalmente, casi ciego, en 1979, en plena dictadura militar, esa que hizo desaparecer a tantos y exilió a muchos, esa a la que desenmascaró, en su pavoroso informe ‘Nunca Más’, se refugió en la pintura como el Pablo Castel de ‘El Túnel’); el comedor; la galería…
Salgo de la casa de Sábato y recuerdo la frase: “… en todo caso, había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío”.

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Sobre el Autor

- Abogado, periodista y escritor. Nacido en Buenos Aires, es vecino de Aranjuez desde 2001. Autor de varios libros, ensayos, novelas y obras de teatro, dirigió el Aula de Poesía José Luis Sampedro.

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