Andrés Villamarín, vecino de Aranjuez, inventa un ladrillo «anti-sísmico» capaz de ofrecer cuatro veces más resistencia que uno convencional.

El inventor asegura que este ladrillo, ahorra tiempo y dinero.

Su instalación es más rápida, mientras que un ladrillo convencional se coloca en 30 segundos, uno anti sísmico se coloca en 6 segundos.

Andrés asegura que este ladrillo multiplica por 6,25 la resistencia de cortadura de estos ladrillos, dotados de dos oquedades autocentrables y de varillas que se encajan durante la construcción.

Este invento, patentado por el vecino de 73 años, ha hecho que se interesen por él algunos países Sudamericanos que sufren terremotos, e incluso la India estudia su «robotización».