Nicolás de la Cruz Bahamonde: la visita a Aranjuez del conde chileno, los cuadros regalados y la explicación del jardinero

Nicolás de la Cruz, conde de Maule, escribía «a trompicones», en un estilo nada florido. Nos ha dejado una monumental obra, «Viage de España, Francia, e Italia.1806-1813», en XIV tomos y un «Epistolario» que da cuenta de su andariega vida. En abril de 1797 se encuentra en Aranjuez. En este Real Sitio Nicolás de la Cruz, como si de un aplicado notario se tratara, realiza un verdadero, minucioso informe, empezando por la riqueza de la pinacoteca del Palacio Real donde señala la ausencia de ciertas obras que dejan significativos espacios vacíos delatores.
«En suma los cuadros pasan de quinientos, y muchos nos han parecido de excelentes autores. Ponz (Antonio) dice que se trasladaron del Escorial a este sitio más de cuatrocientos, entre ellos originales de Guido Rhani, de Güercino, de Ribera, de Vandik, de Rubens, de Ticiano, de Lanfranco, de Pousin, de Giorgione, de Castiglioni, de Jordán, de Vacaro, de Marta, de Romanelli, de Solimena, países y vistas de Wovermans, de Peternef y Claudio de Lorena. Habiendo observado unos doce huecos entre los cuadros, pregunté si los estaban limpiando o mudando y me respondieron que el rey (Carlos IV) se los había regalado al Príncipe de la Paz (Godoy) !Que bondad!»
El jardín, los jardines merecen también su atención y más de dos siglos después la nuestra:
«Este jardín sirve para el verano, así es espeso y sombrío; los árboles se elevan a mucha altura, y en las líneas procuran poner hayas y aún yedras para que no penetren los rayos del Sol. El río Tajo es el que forma la isla del jardín, y en su esquina se dividen sus aguas en dos cauces formando en el principal una cascada. Hay otros jardines con los nombres de Primavera, de Palacio, del Infante Don Antonio, de la Reina, del Vergel, del Deleite, huertas grandes o de pico tajo, texeras y depósito. Por manera que el conjunto de todos, incluyendo las huertas flamencas, la valenciana y praderas de Serrano, compondrán cinco o seis leguas de circunferencia. Las flores en primavera y la sombra y los frutales en el estío hacen este deliciosísimo. No solo contienen bellos arbolados, sino buenas tierras de labor y abundantes pastos para los ganados».
Y hablando de jardines, mención especial para este pasaje dedicado a los jardineros, a los Boutelou, y a los sucesivos ministros que posibilitaron que trabajaran continuadamente en este «semillero universal».
«Don Pablo Boutelou jardinero mayor de S.M. después de hacerme ver los jardines en compañía de sus dos hijos que acababan de llegar de Londres y París muy instruidos en este arte, tuvo la bondad de darme la siguiente idea de las plantaciones practicadas en dichos jardines en el tiempo de varios ministros (War, Grimaldi, Floridablanca y Godoy) incluyendo las plantas americanas y asiáticas; en ella qual se observa que sus plantaciones no son solo de recreo, sino de utilidad de la nación, respecto que se trasladan francamente a otras partes sirviendo por su amenidad este real sitio de semillero universal.