El triunfo del apabullamiento
Era previsible, pero había películas mejores. Lo que se ha valorado es el cumplimiento de un reto técnico, por encima de la coherencia entre fondo y forma. Sin menospreciar Birdman, la superaban de calle The Imitation Game y El Gran Hotel Budapest, por ejemplo.
En otras categorías, la Academia se ha portado. Por fin se ha reconocido el trabajo de Julianne Moore. El premio al esfuerzo de Eddie Redmayne interpretando a Stephen Hawking era muy merecido, aunque se veía venir. Cubre la cuota de distinguir papeles, y no actuaciones. Puestos a comparar, cosa fea pero inevitable en la cosa esta de los premios, la actuación portentosa de Benedict Cumberbatch en The Imitation Game era digna de mejor suerte. Su sutileza, su dolor contenido, su forma de llevar al extremo todas las gamas emocionales de la racionalidad, constituyen un trabajo actoral de primer orden.
En lo referente a película de habla no inglesa, no puedo opinar sobre la ganadora, porque no la he visto, pero es una pena que, por una vez, no se reconozcan debidamente el salvajismo de calidad, el humor negro, la audacia estructural, la burla macabra, la catarsis de la violencia, la apología de la lucha brutal contra el sistema embrutecido… Ya, ya sé que me estoy pasando, pero el día que una película como Relatos salvajes se lleve el máximo galardón de una industria conservadora como la de Hollywood me preguntaré qué está cambiando.
Los Oscar son una fiesta todos los años. No suelen ganar los mejores, pero se reconocen buenos trabajos en las nominaciones. Recordemos que mediocridades como Ben-Hur se han llevado muchas estatuillas, mientras que obras maestras como Grupo salvaje solo optaron inútilmente a ganar en las categorías de mejor guión original y mejor banda sonora. Saco a colación esta película por rendir homenaje a un hombre: Lou Lombardo, a quien, seguramente, pocos conoceréis. Lou Lombardo montó Grupo salvaje. Definió en gran parte la estética de Robert Altman y Sam Peckinpah, cineastas que a su vez se convirtieron en la referencia revolucionaria del cine de los setenta. El trabajo de Altman, Peckinpah y, sobre todo, Lombardo, influyó a innumerables cineastas.
Nunca fue nominado a los Oscar.