Que la Universidad Rey Juan Carlos supuso un salvavidas para un CES Felipe II, adolecido por la ingente deuda que arrastra la Complutense, es algo que no se le escapa a nadie.

El anuncio de las desascripción de la Complutense y la adscripción a la Rey Juan Carlos fue una noticia que aseguró la continuidad del centro universitario en Aranjuez, después de que el rector de la Complutense, José Carrillo, anunciara la extinción gradual  del centro ribereño.

La noticia de la llegada de la Rey Juan Carlos para gestionar el CES fue acogida con entusiasmo por el Equipo de Gobierno, que no dudó a en apuntarse el tanto felicitándose  por las gestiones realizadas, y que conllevaría la ampliación del número de grados ofertados y la llegada de un verdadero campus universitario para la ciudad.

Sin embargo, el tiempo ha evidenciado un caos y un proceso chapucero que pone en solfa en proyecto del tan ansiado campus. De momento, la Rey Juan Carlos está utilizando un espacio como propio, cuando en realidad es un centro privado, con categoría de centro adscrito y no de campus universitario. Este matiz supone que el centro de Aranjuez no puede impartir más de cinco carreras, lejos de las diez que está dando en la actualidad.

Lo llamativo de toda esta historia es que nadie se hubiera percatado de esta situación irregular. Desde la Comunidad de Madrid aseguran que la Universidad nunca solicitó convertirse en campus, a pesar de que la noticia apareció publicada en múltiples medios. Por otro lado, tampoco es comprensible que nadie del Patronato se hubiera dado cuenta de esta situación,  ni se hiciera el seguimiento del proceso de conversión.

De momento, sólo conocemos la reacción del portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria, que anunció que estudiarán el caso para adoptar las medidas pertinentes.

Por su parte, el Gobierno municipal ha optado por el silencio y remitirse a las declaraciones del Ejecutivo autonómico, a pesar de que el Ayuntamiento de Aranjuez forma parte del Patronato del centro y de que esta situación puede afectar a 450 estudiantes, muchos de ellos de Aranjuez, que estarían estudiando sus carreras en un sitio irregular. Esto debería ser más que suficiente para que desde el Ayuntamiento se diera algún tipo de explicación, o al menos, mostrara el más mínimo interés por ponerse al tanto de lo que ha ocurrido para trasladar la información y tranquilizar a los estudiantes que han podido verse afectados.

De nuevo, un fiasco que deja al Real Sitio con las ganas de contar con un verdadero campus universitario, gracias a la dejación de funciones por una de las partes y la falta de control de los encargados de garantizar la consecución del proceso