Asegurada de incendios
Cuando en la década de los 30 del siglo XIX comenzaron a expandirse las Sociedades de Seguros Mutuos contra Incendios, en las fachadas de los inmuebles comenzaron a verse letreros- más o menos ornamentados- que indicaban que en aquel edificio vivían asociados o que al menos su propietario lo era.
En aquellas sociedades los socios eran a la vez aseguradores y asegurados y se disponía de un fondo para reparar los daños de las llamas además de que se proporcionaban una garantía recíproca y de responsabilidad mutua.
Este cartel, de humilde traza, se halla en unas viviendas de similares características en la calle de San Antonio.