«En enero de 2022 el club cumplirá 50 años, si las circunstancias lo permiten. Somos un club histórico y pedimos algo de respeto. Sin compresión y apoyo no se logra nada y no llegaremos a esa fecha», asegura el presidente del Club Natación Aranjuez, José Luis Talavera.

Talavera lleva un tiempo lamentando (y criticando) el estado actual de la entidad, ahora obligada a cesar en sus actividades en Las Olivas debido a la situación de pandemia por Covid-19 y porque «da pena la falta de ofrecimiento. Nos hemos equivocado de deporte o es la sensación que me da».

La tasa municipal por el uso de la piscina hace inviable económicamente el desarrollo de los entrenamientos, dado el escaso aforo permitido y por eso Talavera se queja: «Yo no aplaudo cesiones de sitios u otros. Nos podían ceder la piscina para potenciar este deporte. Hay que hacer 100.000 veces más para que te hagan una pequeña concesión de un 0,00001%. Qué pena y qué asco».

No es un caso aislado en Madrid y ni siquiera en Aranjuez. Otras escuelas que utilizaban Las Olivas han decidido buscarse la vida en otras instalaciones, como Mundo Acuático Aranjuez en la piscina cubierta de Litterator.

«Algún otro equipo de solera a nivel nacional cierra su piscina y su equipo de forma temporal. Otro aplauso más por la falta de comprensión. Menos mal que nos quedan el pan, el circo y el fútbol. Qué bien. Y la natación, casi lo más seguro de practicar, hundiéndose cada vez más», asegura el presidente.

A pesar de estar en horas bajas, la natación provincial ya ha tenido competición (el XVI Circuito de Invierno) y la propia Federación Madrileña busca piscinas para las tomas de tiempos en todas las categorías.

Talavera concluye asegurando que su protesta «es mi derecho a la opinión libre y claro que puede ser rechazada. Aunque dibujo la realidad. Sólo agradecemos a todos los que son y han sido socios y a algunas personas. Ellos saben quiénes son».