Se cumplen 80 años desde que el maestro Joaquín Rodrigo decidiese, en París, elevar hasta los altares culturales a este Real Sitio con la composición del ‘Concierto de Aranjuez’ y, por añadidura, pasear el nombre de esta ciudad, desde hace casi un siglo, por los rincones de todo el planeta.

Aranjuez tiene mucho que agradecer a Rodrigo, como mucho tiene que agradecer a otras figuras como José Luis Sampedro o Santiago Rusiñol, artistas que es sus parcelas contribuyeron a divulgar y mostrar este pueblo al mundo hasta convertirle en referencia cultural mundial.

La música es un vehículo de comunicación inigualable y desde que Rodrigo compuso esta fabulosa pieza miles han sido los artistas que la han interpretado, con diferentes instrumentos llegando, incluso, a ser una pieza utilizada en Juegos Olímpicos en especialidades como la Gimnasia o la Natación.

Fue la primera obra escrita por el maestro de Sagunto para guitarra y orquesta, con una orquestación única ya que no es habitual que el sonido de la guitarra confronte a toda una orquesta. La pieza musical hace que este instrumento destaque en todo momento.

Desde el Ayuntamiento de Aranjuez se han organizado una serie de actividades para tratar de engrandecer y agradecer la figura de Rodrigo pero, también, de Paco de Lucía, el genial guitarrista que ha sido uno de los máximos exponentes en la interpretación de tan afamada pieza.

De Lucía consiguió, incluso, hacer que ‘El Concierto de Aranjuez’ alcanzase una magnitud a la que nadie ha conseguido llegar. Las prodigiosas manos del guitarrista andaluz llegaron a fusionar en el cielo la composición y la interpretación de una pieza que hace cerca de un siglo que es eterna.

Rodrigo pretendió reflejar en esta composición a los jardines del Palacio Real de Aranjuez, la residencia primaveral del rey Felipe II en la segunda mitad del siglo XVI. La obra pretende transportar al oyente los sonidos de la naturaleza de otro lugar y otro tiempo, y a fe que lo consigue. La relevancia mundial que la pieza ha alcanzado a lo largo de estos años es un Patrimonio que Aranjuez nunca debería desperdiciar, porque gran parte de la historia cultural de esta ciudad se basa en la genialidad de un músico que en el exilio decidió posar toda su inspiración en una pieza que ha permitido que Aranjuez sea conocido en todo el mundo y que grandes artistas de renombre internacional como Miles Davis o el guitarrista de Queen, Bryan Adams, así lo hayan reconocido tocando lo que, hoy en día, es una de las más prestigiosas composiciones musicales de la historia.

El maestro saguntino obtuvo el título de marqués de los Jardines de Aranjuez en 1991, a manos del Rey Juan Carlos y hoy, junto a su esposa Victoria Kammhi, descansan en un mausoleo en el cementerio de Aranjuez, obra de Paco Serrano, para que el espíritu de la música no abandone nunca esta ciudad. Rodrigo, como el resto de artistas que dejaron aquí sus posos, merecen un merecido homenaje y reconocimiento que el pueblo de Aranjuez está obligado a rendirles.