Aranjuez Ahora no vive sus mejores días. Del proyecto que se inició hace apenas dos años quedan tres concejales y algún allegado -la cuarta concejal, Maribel Peralta, está desvinculada de las formas de proceder de sus compañeros-. Es lo que queda de un partido político que se partió por la mitad tras la salida de Eva Abril. Desde entonces no hay asamblea en un partido que se definió como asambleario y no hay órganos gestores -las coordinadoras y la comisión de Garantías dimitieron en bloque en aquel momento y no se han vuelto a constituir-. Sin embargo, Alfonso Sánchez, Pamela Casarrubios y Luis Velasco tienen potestad para decidir quién gobierna esta ciudad. La ética y la solidez se han disuelto en esta formación que un día dice blanco y a los diez minutos lo convierte en negro. Su última decisión de votar en contra del Plan de Viabilidad presentado por el Gobierno municipal, cuando dos días antes habían confirmado su abstención, ha provocado un estruendo en el Ayuntamiento de Aranjuez: la dimisión de la alcaldesa socialista Cristina Moreno. Es evidente que una amenaza de abandono de la alcaldía no puede condicionar la forma de hacer política en ningún grupo pero es, al menos, sorprendente que este grupo haya participado en la elaboración de este plan económico e, incluso, haya anunciado su abstención para favorecer la aprobación y en el último momento se hagan otras cuentas aludiendo que les falta información, algo que ha desmentido su propia compañera, Maribel Peralta, InPar y la concejala no adscrita, Mónica García. Tampoco parece muy ético alzar la bandera del populismo argumentando que no se puede atosigar a los vecinos con más cargas económicas cuando se está exigiendo una tenencia de alcaldía, pagada con dinero público, para llegar a un acuerdo de gobierno y aprobar ese plan de ajuste y los consiguientes presupuestos. Porque Aranjuez Ahora ha negociado gobierno, hace tan solo unas semanas, en las que exigió ciertas medidas que poco o nada tienen que ver con un plan para beneficiar a los vecinos. Ahora el panorama es un cambio de gobierno evidente que apunta hacia la vuelta de María José Martínez a la alcaldía, un nuevo gobierno al que Sánchez dice que no apoyará en la investidura; tampoco es necesario puesto que de no alcanzarse una mayoría absoluta gobernará la lista más votada, la popular; un punto más de desconocimiento de la Ley Electoral por parte de la candidatura que se define como ciudadana. El escenario que se dibuja en el Ayuntamiento es el mismo pero con distinto color político, y es más que probable que al nuevo Ejecutivo no le sirva la táctica de dejar de pagar; la situación del consistorio es tan delicada que el Ministerio de Hacienda exige el pago de las deudas y, por añadidura, un Plan de Ajuste que deberá elaborar el Gobierno entrante. Porque para gobernar Aranjuez en la situación que está no hay más salida que la elaboración de un plan económico y ahí es donde parte el principal problema y el Partido Popular, en la anterior legislatura, demostró que tampoco le sobran las ideas para llevarlo a cabo con cierta diligencia.