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Publicado: Vie, Jun 9th, 2017

Luigi Boccherini: el violonchelo enamorado

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El pasado sábado 25 de marzo, en el Auditorio Joaquín Rodrigo, comenzaba la celebración en Aranjuez del ‘Año Sampedro’ con la representación de ‘El tiempo no se agota en los relojes’, de Alma Viva Teatro -basada en momentos y personajes de la novela ‘Real Sitio’-, dirigida por César Barlo e interpretada por Juanma Navas, María Herrero y Alicia Cabrera. En un momento de la obra, el personaje interpretado por Juanma Navas nombraba a Boccherini: “Habían prometido poner su nombre a una calle en Aranjuez, no sé si lo habrán hecho”

[ Ricardo Lorenzo. MÁS ] Roger Alier en ‘Boccherini, un compositor poco conocido’ (Salvat, 1981) escribió: “El nombre de Boccherini evoca una serie de imágenes: música galante, el célebre minueto y, profundizando más, tal vez un concierto para violonchelo y orquesta o unas imágenes del Madrid de fines del siglo XVIII con un fondo musical de guitarra”. Luigi Boccherini (1743-1805), a pesar de su nacimiento en Lucca, capital entonces de la pequeñísima república de la Toscana, por el tiempo que vivió entre nosotros y por las características de su música, merece ser considerado un músico español más que italiano. Aranjuez no sólo fue el lugar en el que debutó, sino también el lugar donde encontró el amor y la protección de un mecenas, el infante Don Luis, hermano del nada melómano Carlos III. Precedido por una fama bien ganada en los escenarios de Roma, Viena y París, en la primavera de 1768,  Boccherini debuta en Aranjuez participando en la ópera ‘L’Almería’, en la que también actuaban dos cantantes romanas: las hermanas Pelliccia, María Teresa y Clementina. Giácomo Casanova, que también pasó por aquí,  habla de ellas en sus ‘Memorias’: “La primera actriz (María Teresa) es una romana apellidada Pellicia, ni bella ni fea, y de un talento mediocre. Ella tenía una hermana (Clementina), más jóven y agraciada, por no decir bella. Comimos María Teresa, su marido, su hermana, y un célebre violonchelo (Boccherini), que la desposó un tiempo después”. En cuanto Boccherini vió a Clementina lo tuvo claro, el flechazo fue inmediato y decidió radicarse en España para estar a su lado. Pero, siempre hay un pero en las historias de amor. De qué vivir, cómo explicarlo a la familia toscana, especialmente a su padre, también músico, también compositor. Cupido, como casamentero responsable, parece que también lo tenía previsto: entre los asistentes a la representación de ‘L’Almeria’ en Aranjuez estaba el infante Don Luis de Borbón que le ofreció un puesto de violoncelista en su orquesta privada y, lo designó compositor de su casa (previamente, como dulce caramelo interesado, Boccherini le había dedicado una serie de seis cuartetos que encantaron al único miembro de la familia Borbón con un “criterio musical solvente”, escribe Roger Alier). Desde 1770 hasta 1815 (cuando muere el infante Don Luis) la vida de Boccherini estará unida a la del hermano del rey. En 1776 el puritano extremo que era Carlos III  aparta a su hermano de la Corte (podía ir a los Reales Sitios sólo en ocasiones señaladas) por haber contraído matrimonio morganático con María Teresa de Vallabriga (madre de la futura y desgraciada Condesa de Chinchón, casada con Godoy). El Infante Don Luis se radica entonces en Arenas de San Pedro. Y Boccherini sigue sus pasos. El aislamiento, sin embargo, posibilita que incremente su labor como compositor que pronto comienza a ser publicada en las principales casas editoriales europeas.  Pudo entonces recibir ingresos extras para mantener a su familia y vio impresos en París los quintetos del Opus 11 que contienen el célebre “minueto de Boccherini”. Su nombre crece lejos de él gracias a que, como señala Roger Alier: “El infante Luis no ejerció nunca de modo severo el derecho de exclusiva sobre la música de Boccherini, y consentía habitualmente en que éste publicara sus producciones en el extranjero, pues no existía propiamente una editorial de música en España en esta época. Alejado del contacto con la vida cultural madrileña, se vio constreñido a escribir obras de cámara. De estos años datan algunas obras interesantes como el ‘Quinteto de la música nocturna de Madrid’, en el que se utiliza el tema de la música de la retreta, presentado de un modo sumamente cautivador”. Los tiempos de Arenas de San Pedro serán para Boccherini los buenos tiempos. Tiempo tranquilo que refleja Goya en delicioso cuadro (‘La familia del infante Don Luis’) en el que aparece Boccherini, como lo que era: uno más de la familia.  En 1785 la apacible vida de Boccherini se derrumba: muere Clementina Pelliccia y lo deja con una enorme prole a su cargo (ocho o nueve hijos, según los diferentes autores) y pocos meses después se retira de la escena el infante Don Luis. Sin ingresos importantes (aunque Carlos III le otorga una pensión), estafado por sus editores europeos, especialmente por el célebre editor franco-alemán Ignaz Pleyel, Bocherini se fue apagando: “Una serie de desgracias familiares precipitaron la muerte de Boccherini, reducido a una vida sumamente pobre en un cuartucho incómodo. Había envejecido prematuramente y una enfermedad pulmonar acabó con sus días en Madrid, el 28 de mayo de 1805” (R. Alier). Después de muerto tampoco las cosas le fueron demasiado bien: sus obras fueron cayendo en el olvido… hasta que un nuevo arte vinó en su ayuda: el Cine. Boccherini ha sido la Banda sonora de (para poner tres ejemplos, aunque hay muchos más, sin contar spots-publicitarios) la deliciosa comedia negra inglesa ‘El quinteto de la muerte’, dirigida en 1955 por Alexander McKendrick, con un soberbio Alec Guinnes  capitaneando un “Quinteto” de ladrones profesionales que fingen ser músicos ensayando el “minueto de Boccherini” hospedados en la casa de una dulce y peligrosa ancianita; la poética e impactante adaptación al cine de las novelas marinas de Patrick O´Brian, ‘Master and Commander’ (‘Al otro lado del mundo’), de Peter Weir, con Rusell Crowe y Paul Bettamy, protagonizando al capitán del velero inglés y al médico y naturalista de a bordo que, como única tregua, único placer que se permiten, ensayan en el camarote de Crowe ‘Música nocturna de las calles de Madrid’ (la misma que fue utilizada también en la serie ‘Goya’, de Televisión española, protagonizada por Paco Rabal).

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Sobre el Autor

- Abogado, periodista y escritor. Nacido en Buenos Aires, es vecino de Aranjuez desde 2001. Autor de varios libros, ensayos, novelas y obras de teatro, dirigió el Aula de Poesía José Luis Sampedro.

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