Falta de perspectiva
La distancia física o temporal proporciona una perspectiva adecuada de las cosas. Nos lo descubren desde los artistas a los geógrafos o astrofísicos, aunque los representantes políticos de Aranjuez ignoren una lección histórica y elijan lapsos de tiempo inferiores a un año y, aún espacios menores, para analizar el auge o disminución de su desempleo.
Lo ventajoso es que, de esta forma, no se tiene que mirar de frente al problema y evita la desazón de encontrarse sin herramientas para remediarlo.
El truco de mal prestidigitador esconde el problema que mata a Aranjuez: la progresiva pérdida de grandes empresas hasta llegar hasta aquí y la desnaturalización del pequeño comercio que ha acompañado el derrumbe de la construcción.
El dato de los diez últimos años da más nitidez al proceso y rotundidad a sus consecuencias. Un desempleo que se duplicó entre 2003 a 2006 y se triplica desde ese año hasta septiembre pasado.
Desde las 1.827 personas iniciales a las cerca de 5.000 actuales. No tratamos con una crisis pasajera. Parece más un proceso de degeneración social, económica y política. La bancarrota de un modelo urbano agotado sin recambio inmediato.
Y ahí estamos. Escuchándoles tararear que “la distancia es el olvido” como unos intérpretes horteras e irresponsables que, además, desafinan incluso cuando callan.
Javier Medina Cano